Por: Edelvis García Herrera
Por oscurantismo, o tigueraje político, se ha querido confundir al pueblo de Bonao con la explicacioncilla de que la crisis económica existente es sólo por el cierre de la minera Falcondo; sin embargo, se busca ocultar las raíces del asunto en cuestión.
Y es que la dura situación obedece a diversas causas: los desfalcos estatales, al endeudamiento que se engulle de más de un 40% del presupuesto nacional en su pago; es por la quiebra del aparato productivo que trae desempleo; es por las excesivas nominillas, las botellas, el despilfarro; es por el colapso energético y los altos impuestos, siendo difícil que alguien se anime a invertir bajo ese esquema.
No obviemos los exagerados gastos de campaña que llevaron a Danilo al poder; la inseguridad ciudadana, y el hoyo dejado por Leonel de 203 mil millones, que se les exprimen al pueblo. Súmele la baja exportación y un dólar en alza permanente.
Es cierto: llama a la atención que siendo Bonao poseedor de tantas condiciones naturales y buena ubicación, acuse tan serios atrasos; y pienso que eso se explica por la ausencia de un liderazgo, la mentalidad de nuestra clase dominante, apática a la agroindustria, incapaz de instalar ni siquiera un medio de transporte eficiente, una fábrica de chocolate, o una procesadora de café; y también al tardío despegue educacional, pues en fue en 1941 cuando se instaló aquí el primer liceo.
Nuestras debilidades no sólo son económicas: todavía para obtener un pasaporte hay que ir a La Vega; si necesitas apelar un caso, o visitar un preso.
En Bonao no existe cohesión social; y Petán influyó en la conducta del pueblo, debido a que el caudillo metía cizaña, lo dividía, afianzando el culto a la persona.
Hay tener claro que minería atrajo inmigrantes produciéndose un choque cultural, aumento de la prostitución, enfermedades; pero también lucha de clases expresada en los sindicatos, cierta conciencia ecológica y nuevos grupos sociales.
Colegimos que el atraso o el desarrollo de una nación obedecen a principalmente a lo que le ha ocurrido y cómo se ha organizado su sistema económico, político y social; no obstante se puede ir produciendo un cambio en el modelo; y olvidarse de la Falcondo contaminadora, divisionista, y lesiva a la producción del valle.
Es verdad, el cambio ha sido más tortuoso por la falta de un liderazgo firme, unificador, serio; y cuando se ha avizorado una esperanza aparecen unos oportunistas al estilo Diego y Eleuterio que producen niveles de frustración, y más cuando defienden, al lado de Félix Nova, un sistema que en su verborrea decían odiar.
Si los jóvenes que “lideraban” Diego Polo y Eleuterio Abad están quietos, no es porque un soplo divino los cambió; tampoco el tigueraje que hacía peajes e imponía el terror a la población, se educa fácil: ha sido inmovilizado por acciones del sistema del que los ex izquierdistas forman parte, pues la mezcla de ultraderechistas con renegados, constituye un explosivo cuando les conviene a sus intereses de grupos, no siendo casual su deseo de que revienten a Loma Miranda.
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