Eficientisemos el Estado

Por Helga Aquino

Asistimos desde hace décadas a un Estado que exhibe dotes especiales, y esto así por las prácticas que desde él se impulsan y accionan. Por un lado, los gobiernos, este, y todos los pasados, se afanan en nombrar personas en las empresas del Estado solo por compromiso político, dejando de lado, la preparación académica previa, como lo requiere y exige el sector privado para colocar un candidato a desempeñar una función.

Por un lado, el gobierno actual se empeña por impulsar la educación, volcando en su intento el conquistado reclamo del cuatro por ciento del Producto Interno Bruto, y con ello promoviendo una política educativa sin precedentes.

La regularidad de las inauguraciones de planteles escolares con el fin de ejecutar en parte las promesas electoreras, de impulsar la tanda extendida, la cual viene a ser un alivio para los padres al “asegurar” al menos dentro del plan, la alimentación de sus hijos de lunes a viernes.

A pesar de que el plan es poco sostenible, porque mientras los hijos estudian en la tanda extendida, los padres vagan por la falta de una política económica que inserte al mismo tiempo a los padres al campo laboral y aprovechar las horas de escolarización en un tiempo productivo para los padres para promover así el desarrollo económico.

Cada cuatro años se instala un nuevo gobierno, como siempre, se continúa con políticas y prácticas pocas motivadoras para la sociedad en sentido general. República Dominicana, un país en desarrollo permanente, porque desde que tengo uso de razón escucho la frase endosada a nuestro país, no termina por desarrollarse como lo han hecho otras naciones.

De modo, que impulsar políticas coherentes, es la opción correcta que debe impulsar cualquier gobierno, solo así, promoviendo por un lado y motivando por el otro, se terminaría con prácticas odiosas que se arrastran desde el pasado. Complacer el clientelismo político, es algo bochornoso para cualquier gobernante, nombrar funcionarios y empleados solo por el simple hecho de haberse “fotiado” con el candidato en campaña es una garantía que le asegura una posición dentro de la empresa que representa ser el Estado.

Poco bien hace esta práctica, porque se excluye la motivación a la preparación previa que debe tener cualquier persona para desempeñar posiciones dentro del Estado, porque parece ser, que no se necesitan prerrequisitos como lo exigen las posiciones en el sector privado para colocar a una persona para desempeñar posiciones la cual de entrada debe de ser un profesional competente, consciente de su función.

De modo que eficientizar el Estado, debe ser una tarea pendiente para gobiernos futuros. No podemos por un lado, promover políticas educativas en los niveles bajos y por otro lado poner en práctica políticas demotivadoras en los niveles superiores, excluyendo del Estado un Capital Humano con las herramientas académicas que ayudarían a impulsar mejores políticas sociales y económicas. En nuestro país el talento abunda, pero sin chance. Eficientisemos el Estado.

La autora es periodista académica, con un Magister en Educación Superior