La investigación demuestra que la clase trabajadora
dominicana sigue percibiendo salarios de miseria y no tiene garantizados sus
derechos laborales basándose en datos de la Encuesta Nacional Continua de
Fuerza de Trabajo del Banco Central.
SANTO DOMINGO, República Dominicana. – A pocos días
de la rendición de cuentas número siete y dos años después que el presidente de
la República Dominicana, Danilo Medina Sánchez, afirmara que “No podemos
avanzar con salarios de miseria”, una investigación de la Fundación Juan Bosch
y del Instituto Sindical de Cooperación al Desarrollo, (ISCOS, por sus siglas
en italiano) demuestra que la clase trabajadora dominicana sigue percibiendo
salarios de miseria y no tiene garantizados sus derechos laborales.
Basados en los datos de la Encuesta Nacional Continua
de Fuerza de Trabajo, que hace el Banco Central, el estudio evidencia que los
ingresos del trabajo del 60% de los dominicanos, incluyendo los
cuentapropistas, no alcanzan a cubrir ni siquiera la canasta familiar calculada
para la población más pobre y el 80% gana por debajo de la canasta media.
Esto se traduce en que el 48% de los dominicanos se
encuentren por debajo de la línea de pobreza oficial, en torno a los 4600
pesos, si se calculan solo los ingresos laborales y se dejan fuera las remesas
y las ayudas del gobierno.
El informe, titulado “Caracterización de la clase
trabajadora en República Dominicana: aportes para la acción social y sindical y
la construcción de políticas públicas equitativas en el trabajo”, concluyó que
a pesar del fuerte crecimiento económico dominicano, los salarios reales de los
trabadores dominicanos decrecen, y los mismos no son ajustados por la inflación
acumulada ni se compensan por el incremento de la productividad del trabajo.
Por lo tanto, se reducen o, en el mejor de los casos,
prácticamente se estancan, siendo así que en la actualidad el ingreso real
promedio de los trabajadores es un 20% inferior al que prevalecía en 1999.
Además, el incremento de la productividad del trabajo
es apropiado por el capital, ensanchándose cada vez más la brecha entre la
productividad y el ingreso real de los trabajadores, siendo la base de la gran
desigualdad en la distribución de la riqueza presente en el país.
La investigación, realizada por Matías Bosch Carcuro,
Edgar García Cabrera, Airon Fernández Gil y
Maritza Pérez Domínguez también apunta que el actual modelo económico
tampoco genera suficientes empleos para reducir considerablemente la tasa de
desempleo, la cual se sigue ubicando por encima de los dos dígitos; es decir,
el desempleo que existe es “estructural”, de largo plazo o involuntario, que no
disminuye ni desaparece mediante simples medidas de ajuste económico.
“En poco más de década y media la economía dominicana
se encuentra entre las de mayor crecimiento económico de LAC (5% promedio anual).
Sin embargo, este crecimiento ha ido acompañado fundamentalmente de una mayor
participación del sector servicios, en detrimento de la participación los
sectores productivos industrial y agropecuario y teniendo como uno de sus principales determinantes, el
aumento sostenido del gasto público (sobre todo gasto corriente) muy por encima
de los ingresos públicos, lo que ha llevado sucesivos déficits fiscales que
tienen que financiarse con deuda pública”, indican.
Alto grado de informalidad
El estudio también reitera el alto grado de
informalidad en el sector laboral dominicana, evidenciado en que dentro de los
empleos creados en los últimos años, casi la mitad sigue generándose en
condiciones de informalidad.
“Solo en 2017, dos terceras partes de los empleos
creados fueron en el sector informal. El alto nivel de informalidad que
presenta la economía dominicana se encuentra fuertemente relacionado con el
hecho de que en la mayoría de los grupos ocupacionales los ingresos pagados en
el sector informal son mayores que los del sector formal”, establecen.
Ficción jurídica
La investigación demuestra que a pesar del importante
recorrido histórico que ha significado para la clase trabajadora dominicana
haber conquistado una serie de derechos que hoy se encuentran establecidos en
el Código de Trabajo, muchos de estos derechos parecieran estar solo
formalmente en la Ley.
Concluye que los trabajadores dominicanos no gozan de
las garantías reales que debe ofrecer un Estado social y democrático de derecho.
La operatividad de múltiples normas resulta ser una ficción jurídica.
“Los niveles tan escasos de sindicalización implican
una limitante fundamental para operativizar los derechos consignados en el Código
de Trabajo de nuestro país. Indudablemente, la percepción del sindicato como “amenaza”
por parte de los empleadores, se convierte en un aparato de goteo selectivo de
las garantías posibles a los ojos de estos y una limitación importante para
ejercer derechos en República Dominicana”, señalaron.
También criticaron la poca transparencia en las
discusiones suscitadas dentro del Comité Nacional de Salarios generan la
necesidad de que el país se aboque a discutir sobre la democratización y
regeneración de esta instancia como instrumento real para la clase trabajadora
y garantía de establecimiento de salarios dignos para las mayorías de nuestro
país.
De igual manera, los investigadores lamentaron la
ausencia de datos en torno al ejercicio de derechos como la negociación
colectiva o la participación en los beneficios de la empresa, lo que en su
opinión refleja una incapacidad real de las instituciones responsables como el
Ministerio de Trabajo, y la aplicación de la Ley en República Dominicana. En
suma, una vulneración evidente de los derechos de los trabajadores en el país.
Fuente Acento.com
0 comentarios:
Publicar un comentario