A continuación presentamos el discurso íntegro de
Danilo Medina en el que descarta ser candidato para las elecciones de 2020:
Pueblo Dominicano;
Me dirijo a ustedes, queridos ciudadanos y
ciudadanas, desde la serenidad y la responsabilidad que exige la presidencia de
la República.
Una responsabilidad que ustedes me confiaron, y que
he tratado de agradecer y honrar cada día, dedicándome en cuerpo y alma a
servirles.
Ha llegado el momento de dar a conocer a todo el
pueblo dominicano y a la comunidad internacional que nos observa, la justa
dimensión del proceso que estamos viviendo y mi posición al respecto.
Hace cuatro años, me dirigí a ustedes para manifestar
mi decisión de ser candidato a la presidencia por segunda vez.
Quise demostrar, al someterme de nuevo a la votación
popular, mi deseo de hacer más y mejor por nuestra gente.
Tengo la conciencia tranquila porque tomamos la
decisión correcta.
Y digo que fue correcta por tres motivos:
En primer lugar, porque la reforma constitucional del
año 2015 reincorporó la modalidad que contaba con el más amplio respaldo en la
sociedad dominicana, es decir, que un presidente pudiese optar por dos mandatos
consecutivos.
En segundo lugar, porque el amplio respaldo popular
se mostró en las urnas, permitiéndonos lograr la mayor victoria que ha tenido
un presidente en la historia democrática del país.
Y en tercer lugar, pero igualmente importante, porque
esa confianza nos otorgó cuatro años más para avanzar en la gran transformación
de nuestro país y alcanzar, así, nuevos niveles de crecimiento y progreso.
Señoras y señores,
Debo decir que, desde que iniciamos nuestro segundo
periodo de gobierno y, a pesar de que nunca hablé de este tema, ni mostré ninguna
intención de volver a ser candidato a la presidencia, se pusieron en marcha
diferentes campañas de desinformación y descrédito en torno a la posibilidad de
que optara a un periodo más de gobierno.
Estas campañas tenían como único objetivo minar el
amplio apoyo popular con que cuenta nuestra gestión y evitar cualquier
competencia para el proyecto político que intentaba de imponer un sector
minoritario del PLD.
Ante esta situación, y siempre con el objetivo de
apaciguar el escenario político y permitir el normal funcionamiento
institucional y partidario, solicité a tres miembros destacados del PLD y del
gobierno, me refiero a los compañeros Felucho Jiménez, José Ramón Peralta y
Gustavo Montalvo, que reiteraran públicamente mi decisión de no presentarme
para las elecciones del año 2020.
Las declaraciones de estos funcionarios fueron
recogidas en los medios de comunicación en los meses de junio, agosto y
noviembre de 2017.
El mensaje que se transmitió en ese momento fue que
nuestra única preocupación era avanzar en la labor de gobierno, así como
generar el ambiente propicio para el surgimiento de nuevos liderazgos en
nuestro partido, para dar continuidad al progreso que vive hoy la República
Dominicana.
Guiado por este enfoque, en marzo de 2018 me reuní con
siete compañeros del PLD que habían mostrado aspiraciones presidenciales, a
quienes animé a presentar sus precandidaturas para mostrarle al país que el
partido cuenta con rostros nuevos, capaces de renovar la política de la República
Dominicana.
Cuatro de ellos, incluso, dimitieron de sus
ministerios voluntariamente para dedicarse a tiempo completo a trabajar por sus
precandidaturas.
Aún con todos esos anuncios y acciones, la
agresividad verbal, lejos de aminorar, se incrementó de una manera despiadada,
irrespetuosa y desconsiderada.
En su momento, el Comité Político del PLD me expresó su
apoyo mayoritario, consciente de que la campaña contra mi persona y contra el
gobierno era injustificada y estaba fuera de todo sentido de proporción y
justicia.
He recibido también decenas de visitas y llamadas de
representantes de importantes sectores de la vida nacional, preocupados por la
posibilidad de que se pongan en peligro los avances económicos y sociales que
ha alcanzado nuestro país.
No puedo dejar de reconocer que altos dirigentes del
PLD, que forman parte del sector mayoritario de nuestro partido, se han
acercado a mí en tiempos recientes, para que pondere la posibilidad de optar
por un nuevo período presidencial.
Lo mismo han hecho diversos sectores de la vida
nacional, de los más variados estratos sociales.
Muchos miembros del PLD y ciudadanas y ciudadanos
independientes, a lo largo y ancho del país, me expresan diariamente su adhesión
de mil maneras.
Sin embargo, jamás lo he tomado, ni lo tomo como un
halago hacia mi persona. Sino al pensamiento y el proyecto que este servidor,
respetuoso de la ley y de la democracia, este dominicano amante de su país, ha
llevado adelante, en acciones concretas y palpables para nuestra nación.
Nadie puede erigirse en expresión de su pueblo, si el
mismo pueblo no lo elige.
Nadie puede inventar un liderazgo, si una buena parte
de sus conciudadano nos no se lo otorga.
Debo confesarles que, todo esto, me llevó a evaluar
en algunos momentos la posibilidad de optar por un nuevo periodo presidencial,
siempre dentro del marco del respeto a la ley.
Sin embargo, creo firmemente que, por más que ame
servir a nuestra patria desde la presidencia de la República, por más que desee
seguir trabajando a favor del pueblo dominicano, hay normas y principios que
trascienden la labor de un hombre o de un gobierno, y es nuestra
responsabilidad preservarlos.
Valores que deben prevalecer más allá de cualquier
circunstancia o coyuntura, por difícil que ésta parezca. Porque son los que nos
definen como personas, nos definen como políticos y nos definen como servidores
públicos.
Uno de esos valores fundamentales para mí es poner
siempre los intereses nacionales e institucionales por encima de cualquier
interés particular o partidario y, por supuesto, mantener la coherencia.
A lo largo de estos siete años todos mis esfuerzos y
desvelos han estado dedicados a procurar
dar fiel cumplimiento, con la ayuda de Dios y el apoyo de mis colaboradores en
el gobierno, a cada uno de los compromisos que asumimos con el pueblo
dominicano.
Es esa coherencia y esa entrega lo que nos ha
permitido establecer una relación de confianza con la gente que ha perdurado
durante todo este tiempo.
Hoy, me dirijo de nuevo a ustedes para garantizarles
que seguiré siendo fiel a la confianza que el pueblo ha depositado en mí.
Este es y fue siempre mi deseo. Lo expresé hace mucho
tiempo. Les dije que cuando termine mi labor como presidente, el único capital
que quiero conservar es la confianza y el respeto de la gente, y lo reitero hoy.
Cuando llegue al término de mi segundo mandato y deje
la Presidencia de la República, quiero poder salir a la calle a caminar como un
ciudadano más y mirar a las personas a los ojos con la tranquilidad que dan el
deber cumplido, la honestidad y la humildad.
Pueblo dominicano;
El liderazgo responsable se muestra en los momentos
complejos.
Es ahí cuando debemos medirnos con el destino,
desprendernos de todo egoísmo y, modestamente, actuar con la responsabilidad y
fortaleza que nos exige la Historia.
Nuestro país iniciará muy pronto un nuevo proceso
electoral. Un proceso en el que se introducen muchas novedades y que no está exento
de desafíos.
Desde mi posición de presidente de la República,
llamo al liderazgo político que participará en el proceso electoral del 2020 a
actuar con la máxima responsabilidad y transparencia; para que avancemos en la
consolidación de nuestras instituciones y que los resultados electorales sean
un fiel reflejo de la voluntad democrática del pueblo dominicano.
El pueblo siempre juzga con sabiduría a quienes
ejercen la labor de gobierno y a quienes desean ejercerla. Está cada vez más
atento en la defensa de las instituciones democráticas y sabrá valorar a cada
uno según sus acciones pasadas y presentes.
Confío, por tanto, en que presenciaremos una campaña
limpia, basada en propuestas y centrada en llevar bienestar a nuestra gente. Una
campaña que inyecte sangre nueva a nuestra vida política y esté regida por el
civismo y la sana competencia.
De la misma forma, hago un llamado a los líderes
empresariales y sociales, a todo el liderazgo del aparato productivo de la República
Dominicana, a mantener la confianza en el país, para que continúe el actual
dinamismo de nuestra economía y el clima de estabilidad, que tanto han
contribuido al progreso de nuestro país.
Señoras y señores,
No quiero cerrar estas palabras sin hacer llegar, una
vez más, mi más sincero agradecimiento a todos y cada uno de los millones de
personas que me han mostrado su apoyo durante los últimos 7 años y que siguen
demostrándomelo día a día.
Especialmente quiero agradecer a los compañeros
miembros del Comité Político y del Comité Central, a los dirigentes medios y de
base del PLD, a los senadores y diputados, alcaldes, directores de distrito
municipal y regidores del PLD y fuerzas aliadas, quienes se han mantenido a mi
lado, mostrándome su apoyo independientemente de cual fuese mi decisión en esta
coyuntura.
De la misma forma, a los partidos aliados,
encabezados por el PRD.
A todos ellos les digo: tengan confianza, nuestro
esfuerzo no termina hoy.
Por el contrario, vamos a acelerar la marcha y a
profundizar los cambios.
Tienen mi palabra de que continuaremos dedicados, en
cuerpo y alma, a servir a la República Dominicana.
Durante los próximos meses seguiremos impulsando cada
iniciativa, visitando cada rincón del país, ampliando los servicios públicos;
en definitiva, completando la obra de gobierno que fue nuestro compromiso con
los dominicanos y dominicanas y que estamos decididos a cumplir.
Tenemos todavía por delante un año de trabajo
intenso, para avanzar en la mejora de las condiciones de vida de la gente.
Que ningún proceso político, ni ningún interés
particular o grupal frene nuestro avance!
Dominicanos y Dominicanas, este no es el momento de
dudar, ni de temer.
Es el momento de impulsar nuestro país aún más lejos,
el momento de defender todo lo logrado con la misma energía, el mismo
compromiso y la misma determinación del primer día.
Ahora, precisamente ahora, es cuando este proyecto de
nación se hace más fuerte y más importante.
Y lo es porque no le pertenece a este presidente, ni
a este gobierno. Les pertenece definitivamente a todos ustedes, dominicanos y
dominicanas.
El país de las escuelas de Tanda Extendida, de las
visitas sorpresa, de la titulación de tierras, del 911, de República Digital;
el país que logró crecer a un ritmo de 7% y sacar a más de un millón y medio de
dominicanos de la pobreza. el país que pronto superará el analfabetismo, el país
que pronto superará los apagones, el país que pronto superará la pobreza
extrema.
En definitiva, el país que está considerado como la
Estrella que más brilla en el Caribe, es ya un legado para las futuras y
presentes generaciones.
Familia dominicana,
En 2012 les dije: yo no estoy haciendo una campaña
electoral, yo estoy construyendo un sueño. Ustedes confiaron en mí y, gracias a
esa confianza, hemos logrado ya que gran
parte de ese sueño sea una realidad.
Ahora les pido que confíen en nuestro país y en
ustedes mismos y que sigan trabajando, con unidad y entusiasmo, por ese sueño.
Por mi parte, nunca me cansaré de servir a nuestra
patria, nunca dejaré de poner el oído en el corazón del pueblo dominicano.
Desde el lugar que me tenga reservado el futuro en
los próximos años y con la ayuda de Dios, seguiré trabajando para lograr nuevas
conquistas; seguiré ayudando allá donde me necesiten; seguiré apoyando a los más
vulnerables y luchando por las causas justas.
Porque el amor a la Patria vive en nuestros corazones
y no tiene nada que ver con la posición que se ocupe. Se manifiesta en cada uno
de nuestros actos y debe acompañarnos allá donde nos toque servir. Ya sea en
las más altas responsabilidades o en las más humildes de las tareas.
Por eso, mi solemne compromiso, hoy y siempre, es
seguir honrando a la República Dominicana, permanecer al lado de la gente y,
por supuesto, enaltecer los valores eternos que nos enseñaron nuestros Padres
de la Patria.
Muchas gracias.
Que Dios los bendiga.
Buenas Noches.

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