Entre las cuatro categorías principales de vacunas desarrolladas contra el covid-19, la fabricada por la farmacéutica estadounidense Pfizer, que anunció el lunes que su vacuna tenía una efectividad del 90%, aún no había sido probada.
Sin embargo, se basa en una tecnología inédita hasta hoy.
Todas las vacunas tienen el mismo objetivo: entrenar el sistema inmunológico para que reconozca el coronavirus y así elevar sus defensas de forma preventiva, con el fin de neutralizar el virus real de producirse el contagio.
Las vacunas convencionales se pueden elaborar a partir de virus inactivos (como polio o la gripe), atenuados (sarampión, fiebre amarilla) o simplemente proteínas llamadas antígenos (hepatitis B).
La de Pfizer, elaborada en conjunto con la alemana BioNTech -o la de la estadounidense Moderna que utiliza la misma técnica pero aún no ha anunciado ningún resultado-, se basa en una nueva tecnología llamada ARN mensajero.
Fuente AFP
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