La temporada de béisbol invernal nos tiene acostumbrados a historias impredecibles, pero lo que está pasando con los Leones del Escogido es digno de una novela dramática con tintes de comedia.
Después de iniciar la temporada como si fueran el equipo que revolucionaría la pelota dominicana, hoy solo queda el eco de ese rugido inicial. Y es que anoche, la fanaticada roja pudo respirar tranquila: los Leones no perdieron un juego… porque no jugaron.
¿De rugido a maullido?
El Escogido arrancó la temporada como un león hambriento, devorando a sus rivales sin piedad. Sin embargo, ese ímpetu se desvaneció más rápido que un chimichurri en el Estadio Quisqueya. Hoy, los Leones se ven más como un gato doméstico que intenta cazar un ratón resbaloso. “Antes eran el terror del invierno; ahora dan pena”, comentó un cronista deportivo con una mezcla de lástima y asombro.
El milagro de la pausa
Dicen que en la pelota todo puede pasar, pero en el caso del Escogido, parece que lo único seguro últimamente es la derrota.
Los fanáticos, ya resignados, agradecieron que el calendario les regalara una noche sin sufrimientos. «Por fin un respiro, ya estaba cansado de apagar la televisión antes del quinto inning», confesó un aficionado que pidió mantener su identidad en secreto para no ser acosado por otros fanáticos.
0 comentarios:
Publicar un comentario