
Durante su visita a la Casa Blanca este lunes, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, afirmó que no tiene intención de liberar ni devolver a Estados Unidos a Kilmar Ábrego García, un salvadoreño deportado “por error” durante la administración de Donald Trump.
“¿Cómo puedo devolver un criminal a Estados Unidos? ¿Meter un terrorista ilegalmente?”, respondió Bukele en inglés a una pregunta de la prensa, en presencia de Trump. A pesar de que no existen cargos formales contra Ábrego ni en EE. UU. ni en El Salvador, el mandatario salvadoreño insistió en que su gobierno “no es partidario de liberar terroristas”.
La Corte Suprema de EE. UU. ordenó su regreso
La semana pasada, la Corte Suprema de Estados Unidos ratificó una orden
emitida por la jueza federal Paula Xinis, quien determinó que la
deportación de Ábrego fue ilegal. En 2019, un tribunal ya había
dictaminado que Ábrego no debía ser deportado, debido al riesgo de
sufrir violencia o tortura en El Salvador.
Sin embargo, el gobierno de Trump recurrió la orden alegando que la jueza estaba excediendo sus funciones al intervenir en política exterior, un ámbito reservado al Ejecutivo. A pesar del fallo judicial, la administración estadounidense ha declarado que no puede facilitar el retorno del salvadoreño.
Detención y deportación pese a la protección judicial
Kilmar Ábrego García ingresó a EE. UU. en 2011 huyendo de amenazas de
pandillas en El Salvador. Se estableció en Maryland, donde trabajó en la
industria metalúrgica y asistía regularmente a las citas migratorias.
En 2019 fue acusado sin pruebas por agentes de inmigración de pertenecer a la MS-13. A pesar de que logró una suspensión indefinida de deportación, fue detenido en marzo de este año al recoger a su hijo y deportado días después.

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