
Hoy, en el día que marcaría un nuevo año de vida, su ausencia se siente más honda. Y aunque no haya velas ni canciones, su luz sigue encendida en quienes la amaron. Porque hay ausencias que no se llenan, y hay vidas que, aunque breves, dejan huellas eternas.
REDACCIÓN. – Hoy sería un día de alegría para la familia Grullón, pero lejos de celebrar, surge una profunda nostalgia. Alexandra María Grullón de Estrella, una de las víctimas del derrumbe en la discoteca Jet Set, cumpliría 27 años este 14 de julio.
Su partida tan inesperada como dolorosa, ha dejado un vacío que no se ha podido llenar.
A más de tres meses del colapso que sacudió al país la madrugada del 8 de abril, el nombre de Alexandra sigue resonando con fuerza entre quienes la conocieron. Su historia, marcada por la dulzura, la sencillez y la vocación de servicio, se convirtió en símbolo de la pérdida colectiva de una generación joven, comprometida y noble.
Quienes rodeaban a Alexandra la describen como un ser luminoso, empático y discreto.
Era la única hija de la filántropa Melba Segura de Grullón y del empresario Alejandro Grullón, fundador del Banco Popular Dominicano. Ocupaba el cargo de gerente de proyectos en Qik Banco Digital Dominicano, desde donde canalizaba con pasión su talento profesional.
Estaba casada con Eduardo Guarionex Estrella Cruz, hijo del ministro de Obras Públicas, Eduardo Estrella, quienes celebraron su unión hacía apenas nueve meses, hasta que la tragedia les arrebató la vida dejando “en el aire” todos los planes y sueños que deseaban cumplir.
Este 14 de julio, en el que Alexandra habría celebrado su cumpleaños número 27, su madre le rindió un homenaje a través de sus redes sociales:

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