Desde el pasado viernes, cientos de personas han llegado a la Basílica de Higüey para celebrar hoy el Día de la Altagracia
Higüey. La Altagracia.- Como “la fe mueve montañas”, cientos de peregrinos devotos de la Virgen de La Altagracia de diferentes provincias del país y de la vecina República de Haití, sin importar la distancia y la crisis económica, vinieron a cumplir promesas o a continuar con la tradición de cada año de visitar para la fecha el Santuario de la madre protectora de los dominicanos.
El peregrinaje se inició desde el pasado fin de semana cuando comenzaron a llegar autobuses repletos de fieles desde lugares tan distantes como San Juan, Barahona, Santiago, Baní y de otras localidades, así como del vecino país.
Niños, jóvenes y adultos mayores tienen dos días amaneciendo en los pasillos del jardín, durmiendo en improvisadas colchonetas como forma de sacrificio en honor a la Virgen por haberle concedido peticiones, por mejoría de sus condiciones económicas o simplemente por darle continuidad a una tradición que les transmitieron sus padres desde niños.
Jesús de las Mercedes se trasladó desde el municipio de Baní hasta la Basílica para dar gracias a la Virgen. Es que según dice, ella lo libró de la muerte. Vestido de blanco y descalzo hizo una extensa fila para llegar hasta el cuadro con la imagen de la Virgen e imponer su mano de agradecimiento.
“Yo vine a pagar una promesa que le ofrecí a la Virgen por la salud mía que fui operado en octubre pasado y perdí un riñón. Me agarré de ella y de Dios y estoy vivo”, acotó De las Mercedes.
La festividad
El municipio de Higüey está de fiesta por el día de su patrona y madre protectora de los dominicanos y lo hace de diversas formas. Unos utilizan la Basílica y otros templos para celebrar rezando, y otros los colmadones, las discotecas y otros centros de diversión donde toman y bailan en nombre de las festividades.
De acuerdo con visitantes asiduos, este año la cantidad de devotos que han hecho acto de presencia hasta ahora es menor en comparación con la misma fecha, con otros años. Visitan muchos haitianos residentes en la Capital y las distintas provincias, pero también de Haití.
La situación es atribuida por el padre Jorge Leonel Hernández a que muchos vienen a venerar a la Virgen y se van el mismo día, pero otros se quedan hasta las últimas actividades.
El sincretismo está presente en este lugar donde oficialmente se celebran misas y otros actos litúrgicos dentro de la Basílica, pero afuera, frente a la entrada principal, se tocan atabales y otros ritmos afroantillanos.
“Anoche, los sacerdotes que descansamos aquí en la casa sacerdotal tuvimos que dormir escuchando los tambores y demás hasta altas horas y temprano en la mañana estaban nuevamente sonando los palos… Eso no lo coordina la Iglesia, es una expresión propia del pueblo, nosotros no nos oponemos y lo respetamos siempre y cuando no salgan del ámbito religioso”, expresa el religioso.
Fuente El Caribe
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