Por Edelvis GARCIA HERRERA
En un artículo publicado en el periódico Primicias, el ex senador Oscar S. Batista, hace algunos señalamientos al caricaturesco presidente haitiano Michel Martelly; y en el mismo nos muestra una visión deformada de los hechos que han marcado las relaciones domínico-haitianas, siendo el ensalzamiento de la hispanidad y el antihaitianismo, la médula de sus débiles argumentos:
“Que la primera y sangrienta agresión fue realizada por L`ouverture en el año 1801, quien ocupó la parte española con el alegato de que la Isla era una e indivisible”; sin embargo, Batista se olvida que dicha ocupación fue en nombre de Francia pues desde 1795, con el Tratado de Basilea, España le cede este lado oriental. Pero en la exposición se exonera de culpa a Francia y a España.
El ex senador refiere “que la ocupación de 1822 obligó a nuestras mujeres de raza blanca a convivir con negros haitianos”; demostrando su desconocimiento de la conformación étnica de nuestro pueblo, donde predomina el mulato.
(Al parecer los españoles eran seres angelicales en sus conquistas)
El texto el autor nos revela una evidente formación balaguero-trujillista; nefasta ideología que enarbola las costumbres de la llamada “Madre” Patria, omite los exterminios sanguinarios de los indígenas; y oculta los abusos y humillaciones de España durante la Anexión; siendo especialistas en fomentar el odio y el eterno estado psicológico de guerra con Haití y la cacareada fábula de la fusión.
Pero en su mezquino artículo Oscar omite la solidaridad de Haití a favor de la Restauración dominicana, donde los patriotas recibieron también dinero y pertrechos para derrotar al soberbio León español; hispanismo del que el autor se siente orgulloso cuando al referirse a la ocupación haitiana dice: “…trataron de borrar nuestro pasado hispánico, propósito que no pudieron lograr”.
En otro aspecto, Batista entiendeque sólo se lesiona la soberanía con la inmigración ilegal de haitianos; caos migratorio ocasionado por los mismos gobiernos del que él ha formado parte; pero que no se atreve a señalar responsable alguno; y tampoco se refiere a los endeudamientos, la corrupción, la entrega de las riquezas a vaca muerta a las multinacionales, maneras afectar la soberanía.
Y si recordamos cuál fue su posición servil cuando era senador frente a las luchas que libraba el pueblo contra la minera Hispaniola en la Loma del Higo, sabremos por qué su silencio y el de su llamada organización “patriótica” ante el contrato lesivo al interés nacional de la Barrick; y en el caso Miranda; y la mudez ante elcofrecito y el barrilito, o con la isla artificial que pretendía entregar el Malecón a mafiosos;¿y de la presencia de los gringos en la Saona, para establecer una base militar en el 2012? ¿O cuál es la actitud frente a las fechas en que del Imperioen 1916 y en 1965 lesionó la soberanía? ¿Se recuerda con un acto de rechazo?
Todos esos son temas que un patriota aborda y profundiza, pues el concepto de soberanía, según el espíritu duartiano, es contra de toda dominación, y no es compatible la idea de“ceder un ápice del territorio nacional”.
En su enfoque Oscar Bastista se queda en una pobre retórica, y como los nuevos nazinalistas, se refiere a la identidad sin enfocar la degradación cultural, la penetración del neoliberalismo, y el peligro de no regular los ritmos foráneos.
Los grupos folklóricos, los talleres sobre los símbolos patrios, ayudan a la reafirmación de la identidad; mas el objetivo de los nazinalistas (al estilo Santiago Batista y “Guachimanes de la nación” ) no es forjar conciencias: es confundir a las masas, proclamarse los únicos patriotas, echarle la culpa a los más pobres inmigrantes del desorden migratorio y usar el calificativo (acuñado por Santana) de“traidores a la patria” a quienes difieren de sus cerradas ideas.
¡Así no, compay!
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