Por E. García Herrera
Lo mismo sería de gran utilidad la utilización de recursos para importantizar el medio ambiente; una asignatura que produciría una sostenida y ascendente conciencia ambiental, pues es notaria el grave problema de los desechos sólidos que contaminan ríos, playas, y enferma nuestra gente.
En otro orden, no menos importante sería la revalorización de nuestros grandes hechos históricos y sus héroes, profundizar en sus acciones; hacerlos vivos, y para ello debemos extirpar el método memorístico, donde se recita sin conciencia, subestimándose la razón, lo crítico. Acercar a nuestros alumnos a los museos, a las viviendas donde vivieron los patriotas; acercarlos a sus descendientes, es vital; Pero para ello se debe drogarse recursos y así cada centro educativo realizaría al menos dos excursiones en cada semestre a lugares de interés histórico.
Es urgente además poner coto en el hechos de cómo se están irrespetando los símbolos patrios: banderas sucias que amanecen arriadas, otras en las persianas colgando como se ve en el distrito municipal de Los Quemados, que ni de eso se ocupan sus representantes; hay además, que conocer las letras del Himno, su contenido, y llegar a un estado de comprensión y de respeto.
Además, La filosofía de la educación debe revisarse y cambiarse. Pensar sobre los hechos. Aprender a parir ideas tal como lo planteaba Sócrates en su Mayéutica. Razonar. Trabajar con talleres y pensar por qué estamos celebrando todavía las masacres de los conquistadores con su mal llamado descubrimiento; los orígenes de los prejuicios; cómo eliminar el racismo que se reforzó en el trujillismo; sobre el respeto a la diversidad; del porqué estamos sub-desarrollados; y luchar para que no haya impunidad cuando se malversan los recursos del 4%.
Los directores distritales y el ministro de Educación Amarante Baret saben de la malversación; que existen botellas; ellos las colocan y sobre pueblan algunos liceos de personal, otros carecen de ellos; gentes nombradas y que no se presentan, y las cubren, tal como ocurre en el legendario Dr. liceo Elías Rodríguez; el cual se encuentra dominado por la clientela, el centralismo, la falta de transparencia el tráfico de influencia de sus dirigentes, muy especialmente por Simeón Lantigua; saltarín de la política que cambia de color según la coyuntura.
La corrupción existe en el manejo de los recursos en el sistema, y además de las botellas, se ha denunciado la sobreevaluación de las tierras para la construcción de los centros; sin embargo, a nadie se investiga.
La ADP debe jugar su rol y plantear qué hacer con esos casos; a qué tipo de ciudadano/a aspira; qué tipo de educación debe implementarse; y cómo mejorar el nivel de preparación y de vida de sus miembros, porque con maestros en condiciones de vidas deterioradas, no podrá avanzarse. Sabemos, por ejemplo, que el sistema de salud adolece de grandes debilidades; que existen problemas de acceso a una vivienda, de becas y otras facilidades para seguirse preparando.
Confío que la ADP dará, al menos en esta región, su clarinazo.

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