Trujillo, uno de los tiranos más letales que tuvo nuestro país en toda su vida republicana, desde que llegó al poder, empezó a construir un aparato infernal de dominio y opresión terrible sobre la población; y durante su pavoroso reinado de 31 años suprimió los derechos fundamentales, arrasó con la democracia, con la libertad; se fue haciendo cada vez más prepotente, ambicioso, codicioso y poderosamente rico; y para el logro de esos nefastos propósitos, ultimó vidas y talentos; y mediante actos encubiertos con aparente legalidad, adquirió inmuebles y haciendas de gran valor a un precio escandalosamente irrisorio que luego vendió al Estado Dominicano por sumas exageradamente abultadas, saqueando de manera descarada al erario público.
Y en el ejercicio de su autoridad ilimitada, cuando él lo consideraba, le hacía mejoras a su <> llegando a ser poseedor de un espantoso expediente en derechos humanos al poner en ejecución ese diabólico Plan para primero: <> después, <> y por último: <> y bajo ese terrífico esquema, <> y asimismo, durante los 31 años que se mantuvo en el poder por la fuerza, irrespetó la disensión ideológica, estranguló los espacios de crítica y el pluralismo político; y:
Dejó un rastro incalculable de violaciones, secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones forzadas.
Modificó a su antojo la Constitución, designó legisladores, jueces y funcionarios públicos, que al tomar posesión de sus respectivos cargos tenían que firmar –sin fecha- su renuncia, por lo que, sin ningún aviso, podía sustituirlos en cualquier momento.
Afirmaba en sus francachelas bajo los efectos del alcohol –según sus acólitos-<>
Recurría al recurso de la muerte para acallar a sus opositores, llegando a segar la vida de muchas gentes generosas de este pueblo admirable, haciendo de la Patria de Duarte un gran cementerio.
Se proclamó: Único Dispensador de Honores y Favores, Garante del Orden, del Progreso y del Destino de nuestra Nación; el Alto Destinatario, el Benefactor y Padre de la Patria Nueva, el campeón del Anti Comunismo en América Latina; el gran hombre, <> y el Heraldo de una Verdad Superior que procuraba dar la impresión de ser omnipresente y omnipotente; llegando a creerse por encima del bien y del mal.
Se hizo endiosar por sus cofrades que utilizaban <> para hacerle ver al pueblo, que él, era la encarnación de Dios y crear así un <> que bien podría definirse como una <> de ahí que, obligatoriamente, había que comprar una tarja de metal y colocarla en la entrada de todos los hogares, la cual tenía las blasfemas palabras: <>
Y obsesionado por el diablo que llevaba dentro, dispuso acciones criminales para eliminar físicamente a cientos de sus adversarios políticos, desapariciones forzadas que <>
<>
A todo eso se debe que, con desparpajo y frialdad, fuera conocido en la República Dominicana y en el Mundo como lo que en realidad fue: Un hombre cruel, despiadado, terrible, con un corazón de piedra y un carácter sanguinario; un cínico; un intrigante desconfiado, autoritario, siniestro e intolerante; sin escrúpulos ni sentido de la lealtad, salvó al Ejército como Institución, pero no a determinados compañeros de armas a quienes –en su momento- de manera selectiva hizo asesinar según su conveniencia.
Además, un megalómano carente de piedad y compasión que amaba el relumbrón y le fascinaba la parafernalia militar, a tal extremo, que llegó un momento en que la pechera de su uniforme resultaba estrecha para colocar en ella el montón de condecoraciones y medallas que le otorgaban sus aduladores, lo que le hizo confirmar el viejo apodo de <>
Esas y no otras, son las necesarias percepciones que debe tener la juventud dominicana y las generaciones venideras sobre ese tirano de <> que como el nogal, no dejó crecer nada bajo su sombra, y con sus actos aberrantes amasó antipatías nacionales y universales, para que las conozcan y difundan, y estén siempre prestas a impedir que algo igual o parecido pueda volver a suceder en nuestro país; para que eviten que ocurran en el futuro las continuas y graves pesadillas que padecimos en ese vergonzoso episodio de nuestra historia política que tuvo una duración de 31 años; y para que acuerden el propósito y juren impedir que nunca más, permitan el ascenso a la Primera Magistratura de la Nación de un aspirante, que siendo realmente un chacal bípedo, se disfrace de ovejo y utilice como carnada el acróstico que uno de sus lisonjeros le compuso con las iniciales de sus nombres y apellidos para confundir al pueblo dominicano con engaños, cuando en verdad, significaban lo siguiente:
Rafael [R] : [Rectitud] <>
Leónidas [L] : [Libertad] <>
Trujillo [T] : [Trabajo] <>
y Molina [M]: [Moralidad] <>
De ahí, que siempre resultará saludable recordar, que los hechos sangrientos cometidos u ordenados por este implacable tirano, finalmente se revirtieron en su contra y culminaron con la eliminación de <> pues de acuerdo a una sentencia bíblica, queda confirmado, que <> y <>
Y para ventura del pueblo dominicano, este tirano que <> y que nunca admitió ser una frágil criatura, olvidó también, que <> y por eso, no murió en su cama, ni como César <> sino que fue <> en cumplimiento a lo dispuesto en el idóneo juicio del Profeta Isaías que aparece en el capítulo 40, versículos 23 y 24; cito: <> Fuente El Caribe
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