Por
Raysa Dotel
En nuestra provincia
Monseñor Nouel vivimos escuchando programas de radio o más bien observando los
de la televisión, pero si bien el objetivo de un periodismo independiente es el
de informar a la ciudadanía del acontecer diario, hay muchas veces en que una
palabra de más, un artículo de más o, mucho peor, una opinión tendenciosa,
maliciosa, revanchista y de enfrentamiento, dando a conocer políticas de Estado
y planes secretos, puede acarrear más peligros que el acallarse y, por lo
menos, dejar que los acontecimientos sucedan y dar a conocer la información con
que se cuenta...
El periodismo es
mediocre, si no tiene un fin sano, pero
sólo porque nosotros (la sociedad) demandamos y aceptamos productos mediocres.
Es la ley de la oferta
y la demanda, pura y dura.
Evidentemente hay
excepciones. Pero concretamente, hablando de esto y de otro pseudoperiodismo,
el rosa, no se puede ser más mediocre.
Que se entienda bien,
no estoy hablando de censura sobre la libertad de expresión ni de información,
sino simplemente de la responsabilidad que se debe tener a la hora de informar
al pueblo y al mundo. No por publicar dos artículos consecutivos de mala
calidad y redacción, primando las primicias sobre la seguridad nacional, seguramente
con la excusa de encontrar nuevos suscriptos a sus programas de tv, radio y
periódicos, se es mejor periodista cuando se persigue
el reconocimiento, la respetabilidad y ser considerado como labor periodística
o investigadora de calidad y vanguardia.
Así que yo concluiría: ¡que mediocres debemos ser para que se haga
este "periodismo"!
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