Dr. J. L. Almonte Alberty Médico,
Psicólogo, Sexólogo, Teólogo.
Siglos en purpureo obscurantismo institucional
religioso pueden ser explicados desde la oscuridad deshielada por el meridiano
sol de la verdad vivida en capítulos breves y surgidos desde la tangible
realidad de un hombre quien desarrolló su
vida entre las campanas retiñientes de la iglesia y el identenible magnetismo
natural de entibiar los géneros en progenie, tras cortinas invisibles y una
ejemplarizadora obra social que horada la historia y lega luz desnuda a las
generaciones vecinas.
En la Republica Dominicana (y quizás), en muchos
rincones del planeta de hoy y el (mundo) de antes, hay páginas que no quedaron
en blanco para ser adornadas en tinta indeleble con solo un nombre y apellido "Padre
Andrickson".
Los impactos de esas décadas se produjeron en Bonao,
para entonces un pueblito donde eran conocidos unos con otros hasta vestidos de
negro, en la melodía del silencio de la noche.
Al muy "bien parecido" Padre Andrickson le
nacieron hijas e hijos como entre ramas de higos.
A saber, por lo que cuentan los sinceros
parroquianos, al Padre Andrickson le fue muy bien posible conducir dos trenes a
la vez:
1. Como cura católico; Y
como "hombre invisible" que produce prole.
También un interesante tercer tren:
Trabajando en labor social por los necesitados...
Muy ágilmente así lo ha presentado el prolifero escritor Rolando Reyes Tió en un libro de estrecho lomo y de amplia profundidad histórica, tan interesante como para preguntarnos muy abiertamente, ¿Celibato ó curas:
1. con su rol como sacerdote religioso católico romano,
2. con familias organizadas e insertadas en la sociedad
común,
3. con un activo y productivo rol desempeñado
efectivamente para el bienestar social.
Abrimos la pregunta a la Iglesia y a todos los
sectores de la comunidad:
¿Celibato ó …
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