Por Ruddy Dotel
La incidencia de los estupefacientes sigue aumentando
en todos los estratos sociales de República Dominicana, en especial en los jóvenes
de los barrios marginados.
El flujos de drogas que llega a nuestro país desde
las costas de América de Sur, México y Haití, sigue su ruta a los Estados
Unidos y Europa, quedando un porcentaje para la venta al detalle en los miles
de punto de drogas que tenemos en las ciudades y los campos.
Es notable que cada día, caen en las garras de los
alucinógenos, más familias y comunidades, creando esto un remolino de
intranquilidad, violencia y criminalidad en el seno de la sociedad.
La complicidad de parte de nuestras autoridades
complica disminuir el consumo y tráfico de narcóticos, en cambio este terrible
flagelo expande su negocio, que sin lugar a dudas vas a causar un derrumbe
catastrófico en nuestra juventud.
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