Por: Narciso Isa
Conde
En nuestra
República Dominicana el negro cruelmente discriminado no es el estadounidense,
ni el jamaiquino, ni el martiniqueño, ni el brasileño, ni el venezolano…
No lo es el propio negro o mulato dominicano, que es capaz de discriminar incluso brutalmente a los negros de la vecindad.
No lo es el propio negro o mulato dominicano, que es capaz de discriminar incluso brutalmente a los negros de la vecindad.
Tampoco aquí el
africano es objeto de gran escarnio.
Existe prejuicio racial, racismo atenuado, desprecio al negro o la negra desde la primacía de la cultura blanca; existe complejo de ser negro o negra, mulato, mulata…
Pero la negritud despreciada, maltratada, semi-esclavizada, estigmatizada, considerada “raza inferior”… es la haitiana y su descendencia dominicana.
Existe prejuicio racial, racismo atenuado, desprecio al negro o la negra desde la primacía de la cultura blanca; existe complejo de ser negro o negra, mulato, mulata…
Pero la negritud despreciada, maltratada, semi-esclavizada, estigmatizada, considerada “raza inferior”… es la haitiana y su descendencia dominicana.
“Si te portas
mal, llamo al haitiano para que te coma”.
“En un accidente mueren dos hombres, y un haitiano”. Las pestes “vienen de Haití”, aunque la hayan traído europeos o invasores gringos; igual las enfermedades raras, aunque se fabriquen en laboratorios estadounidenses.
“En un accidente mueren dos hombres, y un haitiano”. Las pestes “vienen de Haití”, aunque la hayan traído europeos o invasores gringos; igual las enfermedades raras, aunque se fabriquen en laboratorios estadounidenses.
El dominicano
emigra para buscársela. El haitiano nos “invade” para “destruirnos” las identidad, “enfermarnos”, “dañar nuestra
raza”, “degradar nuestra cultura”…
Eso no es cosa
de ahora, aunque otra vez se haya
retomado para potenciar el odio entre ambos pueblos y naciones, para desviar
hacia ese fantasma -y no hacia recolonización neoliberal y el despojo
imperialista- el sentimiento patriótico; para intentar recuperar fuerza
política explotando el anti-haitianismo histórico, después de saquear el
patrimonio nacional y el erario público con el consiguiente descrédito y de
traficar a su antojo con la pobreza haitiana y sobreexplotar su fuerza de
trabajo indocumentada.
Es el escudo de
un falso patriotismo que confunde tanto que empuja a una parte de la población
dominicana a practicar el racismo inconscientemente.


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