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JUSTICIA, ¿A BLANCO Y NEGRO O A COLORES?


Por Juan C. de la Cruz (PhD)

Puesto que la humanidad aparentemente tiene valores y estándares, debería esperarse que asuntos tan solemnes y delicados como las legislaciones y los dictámenes judiciales fueran estándares. Pero sucede que tanto las legislaciones y los dictámenes justicieros no sólo tienen cabritas, sino también colores.

¿Quién iba jamás a pensar en siglos atrás que en el siglo XXI se procuraría legislar en favor de la despenalización de la pedofilia, del aborto y de igualdad absoluta de derechos para las aberrantes prácticas homosexuales?

Entonces, claramente la justicia, además de cabritas (que se ha vista siempre), ahora tiene colores. La nueva modalidad es legislar por los colores del arcoíris, ¡qué fatalidad! Ni siquiera me lo creo.

Pareciera entonces que la para humanidad no existen los valores, y si se le pudiera llamar a algo así, es claro que son relativos, dependerán del lente con que se midan. ¡Qué rastrería! Pero es lógico, ¿cómo puede haber valores sin estándares? Un valor se define como la valía o el peso específico de un precepto con respecto a un patrón o estándar. ¿Dónde está ese estándar humano para medir los "valores" humanos? ¿En la política? ¿En las ciencias naturales? ¿En el Sicoanálisis? ¿En alguna ideología? ¿En algún fundamento humano? Piénselo, ¿cómo podrá algo dañado y maloliente ser utilizado jamás como perfume?

Admitámoslo, si es humano, un valor es utópico. Si acudí éramos a la "ética", sus padres fueron homosexuales ambos)(Sócrates y Platón). Si rebuscásemos en la política, tenemos a los mismos padres de la ética. Y si de Sico análisis de trata, ¿no fue Sigmund Freud, aquel judío-austriaca acaso uno de los hombres más perversos que ha parido la humanidad jamás?

Usted y yo deberíamos admitir nuestra podredumbre. No busquemos estándares justicieros en los estándares y valores humanos, eso es más hedonismo que narcisismo. Preguntó de nuevo, ¿Podrá acaso el guaragua ser un ruiseñor?

Si estándares queremos debemos escapar de la fallidas y milenarias propuestas humanas. Simplemente nunca han funcionado, y nunca funcionarán. Una definición de locura es "esperar resultados diferentes haciendo lo mismo que siempre hemos hecho".

Basta de filósofos, que generalmente viven en el limbo. Basta de religiosos, que se visten de ceda, pero sus almas derraman sangre. Basta de colores. Basta de ideologías. Volvamos al único estándar que históricamente a funcionado, el de Dios. Regresemos a la Palabra Santa del Dios perfecto y sabio. Necesitamos desesperadamente un estándar social y justiciero, uno moral. Cuando la Biblia era el estándar y fundamento de las legislaciones "Dios, Patria y Libertad", o, "en Dios confiamos", se solía administrar verdadera justicia, y es de esperarse, había un estándar. ¿Y ahora, cuál es el estándar? Creo que deberíamos esforzarnos para volver a esa administración de justicia a blanco y negro, olvidándonos del relativismo einsteniano y regresando al estándar de Dios (Su Palabra) ¡Qué Dios nos ayude!

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