Por Amaury Polanco Aybar
No sé a quién o a quienes se le ocurrió la idea de
premiar para la posteridad, nombrar esta provincia, antes Municipio de la Vega
por demasiado tiempo, aun prelado que, aunque tímidamente tuvo cierto esplendor
de celebridad circunstancial en los primeros años del siglo XX, pero que
sucumbió ante la personalidad avasallante del tirano que cubrió de sangre y
luto todo el territorio nacional y más allá de nuestras fronteras durante 31
largos años. El ensotanado de alta graduación, Adolfo Nouel, tiro por la borda
cualquier prestigio alcanzado antes de 1930, al convertirse en uno más de los
corifeos del régimen de Rafael Trujillo.
Es famosa la expresión laudatoria de Monseñor
Nouel en 1934, cuando ya el tirano estaba bien posicionado en la casona
Presidencial; y con motivo de la inauguración de dos pequeños puentes sobre dos
ríos en la región oriental del país. La exclamación lisonjera del Monseñor no
dejaba dudas de sus simpatías personales al sátrapa nativo de la región sureña:
“BENEFACTOR DE LA PATRIA, AQUÍ LE ENTREGO LA ESPADA DE PEDRO SANTANA, ESPERO
QUE NO LA USE, PERO SI ES NECESARIO PARA DEFENDER LA PATRIA, HAGALO, ¡TODOS LE
APOYAREMOS!.
Algunos historiadores culpan de la actitud de Nouel a
un estado embrionario de senilidad o cansancio mental debido a los estragos que
sus avanzados años hacían Mella en su espíritu y le negaba algún esfuerzo de
lucha a su extenuado cuerpo; pero esa no era una excusa totalmente valida,
porque muchos otros en iguales o peores condiciones, jamás inclinaron la cerviz
ante la presencia temible del chacal de San Cristóbal; ejemplos sobran: Castellanos, Pittini,
Zanini, O`reilly, Panal, entre otros. Hoy me atrevo a jugármela al exponer una
idea y sentimiento que para algunos puede resultar algo ilusorio y hasta
fantasioso.
Hace
ya muchos años conocí a una corajuda mujer, hija de Bonao, que después de
arriesgar su vida, durante la gloriosa revolución de abril de 1965, retornó a su pueblo natal con tanto o más bríos
a la defensa del medio ambiente, cuando una compañía depredadora trató de
contaminar afluentes hidrográficos sin que le importara la salud y el futuro de
sus habitantes, solo por afanes de lucro desmedido con el saqueo de nuestras
riquezas naturales (ORO) no renovables. ANIANA VARGAS, con letras grandes le
dolía su tierra hasta el tuétano y luchó con garras hasta triunfar contra poderes aplastantes que amenazaban la vida de
presentes y futuras generaciones.
Recuerdo
a esa valerosa mujer en marchas Patrióticas exponiendo el pellejo en una lucha
desigual contra un poderío descomunal que pisoteaba la patria que la vio nacer
y con la frente en alto le presentaba batalla física y moral al extranjero
invasor, aterido, no de frio, sino de miedo; un miedo paralizante por el
estruendo ensordecedor que provenía de la antilla mayor no muy alejada de
nuestros horizontes. Aniana no conoció nunca las mieles del poder establecido
por las cúpulas arribistas y trepadoras que desde Cristóbal Colon han dominado
el panorama político, económico y militar de la isla; y estoy seguro que jamás
asomo por su mente resquicio alguno de aprovechamiento personal, conociendo
ella, los males de los oprimidos por el sistema imperante desde los tiempos de
la colonia.
Bonao,
Municipio o Provincia del centro del país, arrastra el blasón y nombre
inmerecido del Monseñor Alabardero de un dictador inmisericorde que inicio un
mandato de sangre y fuego poco antes de la mitad del siglo XX y que aún hay
ecos que resuenan alimentados por la ignorancia de grupúsculos que añoran la “ERA
DEL BENEFACTOR DE LA PATRIA Y PADRE DE LA PATRIA NUEVA”. Un día no muy lejano,
esta provincia llevará el nombre de Aniana Vargas, mujer que luchó por los
derechos de los indefensos. Nuevos aires de redención, y juntos hombres y
mujeres de valor, se asomarán desde los cuatro puntos cardinales de nuestra
querida patria y legislarán a favor del cambio de nombre de la provincia. No
son suficientes un minúsculo monumento y un mini-trayecto pavimentado en el
extrarradio de Bonao para honrar con el nombre de esta dama que se colocó toda
su vida al lado de causas justicieras…..! UN DIA… UN DIA!.....
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