Director de Registro de Títulos acusa al IAD de descuido

Por Felivia Mejía

El director nacional de Registro de Títulos, Wilson Gómez, consideró que debe ser modificada la ley que creó la Reforma Agraria.

“Esas leyes hay que revisarlas concienzudamente para adecuarlas, y que el propósito del Estado se cumpla, que la filosofía reservada a esas instituciones sean una realidad”.

El funcionario habló en estos términos al ser consultado sobre la controversia generada por el mal uso dado a tierras de Monseñor Nouel destinadas a la siembra de arroz.

“El Estado tiene que asumir con rectitud la cuestión agraria y, particularmente, volver a la filosofía de otorgarle tierras a las familias campesinas que la han de fomentar, y crear mecanismos que permitan que ellos puedan obtener recursos para cultivarla”.

Desde que en 1962 se creara la Ley 5879 (sobre Reforma Agraria), ha pasado por más de 40 modificaciones. Al principio, establecía que los terrenos eran un “bien de familia”.En ese entonces, quedaba establecido que la parcela no podía ser objeto de negocio, venta o hipoteca, para garantizar que la familia no quedara desprotegida.

Pero, muchos parceleros renunciaban a esa protección para tener la posibilidad de traspasar su terreno.

Gómez asegura que el Instituto Agrario Dominicano (IAD) se descuidó y no supervisó a dónde iban a parar los terrenos cuando los parceleros renunciaban de esa protección para asegurarse que no quedara en manos desinteresadas de la agricultura.

En una modificación que se realizó en 1997 ese carácter jurídico se eliminó para permitir que los productores obtuvieran los títulos de propiedad y pudieran tener acceso a créditos bancarios. Gómez considera que lo correcto debió ser crear un mecanismo para que el Banco Agrícola otorgara financiamientos especiales a los parceleros de la reforma.

De su lado, el presidente de la Junta Agroempresarial Dominicana, Gustavo Florentino, llamó al Instituto Agrario Dominicano a investigar los casos de terrenos vendidos y utilizados para fines diferentes que la siembra.

Fuente El Caribe