“Que no le quepa duda a nadie. Para quien les habla, una operación como la planteada por los ejecutivos de Barrick Pueblo Viejo no encaja dentro de los principios éticos y morales sobre los que se fundamenta nuestra administración”
SANTO
DOMINGO, República Dominicana.-El presidente Danilo Medina calificó de
“¡inaceptable1” (con signos de admiración) la proporción en que se reparten los
beneficios entre la minera Barrick Pueblo Viejo y el Estado dominicano.
Al mismo tiempo, el gobernante anunció que su gobierno
encaminará esfuerzos para una renegociación del contrato.
Advirtió que si por mutuo acuerdo no se modifican los términos
fiscales del contrato durante los primeros años, la Barrick se quedaría prácticamente
con todo y el pueblo dominicano con nada.
“Dominicanos y dominicanas, Yo, Danilo Medina, les aseguro
que eso no sucederá”, expresó.
“De los mil 753 millones de dólares de
ingresos anuales de exportación, el Gobierno dominicano apenas recibiría 56 millones
de dólares. En
otras palabras, durante los primeros años, de cada 100 dólares de ingresos de
la exportación de oro y otros metales, la Barrick recibiría 97 dólares y el
pueblo dominicano tres. Dominicanas y dominicanos. ¡Eso es sencillamente
INACEPTABLE!”, precisó
“Quiero que me escuchen bien:
El oro que subyace en el suelo de la patria de Duarte, Sánchez, Mella y
Luperon, es del pueblo dominicano. ¡De nadie más! Y sólo podrá ser extraído,
procesado y exportado, si las condiciones de distribución de los ingresos generados
por la explotación de este recurso no renovable, son justas y favorables para
las dominicanas y los dominicanos. Y en los actuales momentos no lo son”,
advirtió.
Aunque reconoce el monto de la inversión de la empresa y la
creación de empleos, el presidente Medina advierte que es necesario que el
Estado dominicano obtenga mayores beneficios que los contemplados en el
contrato suscrito para la explotación del oro en Pueblo Viejo, Cotuí.
A continuación lo que dijo Danilo Medina sobre el contrato con
Barrick Gold
“Quiero ahora referirme a un tema que desde hace meses se viene
debatiendo en el país, y sobre el cual un número creciente de sectores, grupos,
y líderes de la sociedad dominicana han estado reclamando una definición del
Gobierno. Me refiero, al contrato entre el Estado dominicano y la empresa
Barrick Pueblo Viejo.
La inversión extranjera que se ha producido en el Proyecto
Barrick Pueblo Viejo es la de mayor envergadura que ha tenido lugar en el país
en toda la historia.
Se estima que la inversión realizada alcanza más de 3 mil
millones de dólares, monto que deberá ser validado por la auditoría que el
Estado dominicano contrató con la SGS de Suiza.
Si
la empresa Barrick Pueblo Viejo mantiene la posición intransigente que ha
exhibido hasta ahora, el gobierno no se puede quedar de brazos cruzados
Estoy convencido de que la Barrick es una empresa seria,
comprometida con una minería responsable, y cumplidora de las normas y mejores
prácticas para proteger nuestro medio ambiente.
Dicho lo anterior, paso a referirme a un aspecto que
consideramos merece atención especial, tanto por parte del Gobierno como de la
empresa Barrick Pueblo Viejo: los beneficios fiscales que genera el proyecto y
la nueva situación que se ha presentado, luego de que los precios del oro en el
mercado de Londres hayan registrado niveles de entre mil 600 y mil 900 dólares
la onza en los últimos años, como consecuencia de la fuerte expansión de la
liquidez mundial y la incertidumbre provocada por el colapso de Lehman Brothers
en septiembre de 2008.
El 25 de marzo de 2002, fecha en que se aprobó el Contrato para
la explotación del oro entre el Estado dominicano y la empresa Placer Dome, el
precio del oro en el mercado de Londres cerró en 298 dólares la onza.
Ese contrato fue adquirido por Barrick Gold cuando el 19 de
enero del 2006 esta empresa compró las acciones de Placer Dome. El día de la
compra de las acciones, el precio del oro cerró en 555 dólares la onza.
El 27 de septiembre del 2007, Barrick Gold solicitó, a través de
carta dirigida a la Ministerio de Industria y Comercio, la flexibilización de
los aspectos fiscales del contrato que el Gobierno había acordado con Placer Dome.
Ese día el precio del oro cerró en 732 dólares la onza.
A pesar de que el Gobierno dominicano podía aferrarse a lo
establecido en el Contrato original con Placer Dome, mostrando una actitud de
apertura y flexibilidad, aceptó sentarse en la mesa de negociación con la
empresa Barrick Gold, para revisar los aspectos fiscales del Contrato que esta
había adquirido.
El 11 de noviembre de 2009, la Cámara de Diputados aprobó la
enmienda al contrato con Placer Dome, en el cual se establecieron
modificaciones al régimen fiscal del contrato.
Como acertadamente sentenció el Presidente Barack Obama en su
discurso inaugural el pasado 21 de enero, “cuando los tiempos cambian, nosotros
también debemos cambiar”. Y nadie, absolutamente nadie, puede negar que luego
de la crisis financiera de 2008, los tiempos de hoy son muy diferentes a los de
principios de la década.
El hecho de que el precio del oro sea actualmente casi 6 veces
más alto que el de marzo del 2002, es un reflejo de la magnitud del cambio.
Fue eso lo que nos motivó, desde que asumimos la Presidencia de
la República el pasado 16 de agosto del 2012, a designar una Comisión Oficial
de Alto Nivel, bajo la coordinación del Ministro de la Presidencia, con el
mandato de iniciar conversaciones con los ejecutivos de la empresa Barrick
Pueblo Viejo.
El objetivo de la comisión es acordar modificaciones al esquema
fiscal establecido en el contrato, dado el cambio dramático que ha tenido lugar
en el precio del oro en el mercado de Londres.
Decenas de reuniones han tenido lugar en los últimos seis meses,
sin que a la fecha se haya logrado convencer a la empresa sobre la necesidad y
la urgencia de hacer las correcciones necesarias al esquema actual de
distribución de los ingresos, entre la empresa y el Estado dominicano, derivada
de la explotación del oro.
A lo sumo, lo único que la
empresa ha ofrecido es la posibilidad de adelantar el pago de impuestos
futuros, lo que implicaría que el Gobierno actual estaría apropiándose de
recursos que le corresponderían a las próximas administraciones.
Que no le quepa duda a nadie.
Para quien les habla, una operación como la planteada por los ejecutivos de
Barrick Pueblo Viejo no encaja dentro de los principios éticos y morales sobre
los que se fundamenta nuestra administración.
Bajo el esquema fiscal establecido en la más reciente versión
del contrato para la explotación de oro en Pueblo Viejo, con un precio promedio
de mil 700 dólares la onza de oro y 28 dólares la onza de plata, la empresa
Barrick Pueblo Viejo obtendría ingresos netos de costos operativos por 2 mil 600
millones de dólares en los dos primeros años de producción, asumiendo
exportaciones de 1 millón de onzas de oro y poco más de 2 millones de
onzas de plata. Es decir, la empresa estaría recuperando el monto total
invertido en poco más de dos años.
Nunca antes, en la historia de la humanidad, se ha verificado un
caso en el cual una empresa minera haya podido recuperar su inversión en tan
poco tiempo, mientras el Estado del país receptor de la inversión estaría
recibiendo migajas durante esos primeros años.
De los mil 753 millones de
dólares de ingresos anuales de exportación, el Gobierno dominicano apenas
recibiría 56 millones de dólares.
En otras palabras, durante los
primeros años, de cada 100 dólares de ingresos de la exportación de oro y otros
metales, la Barrick recibiría 97
dólares y el pueblo dominicano tres.
Dominicanas y dominicanos.
Fuente Acento.com
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