Por: Edelvis García Herrera
A mis amigos: Ariel
Núñez, Tony Abreu y Negro
Bajo el fulgurante sol capitalino,
Amancio Cisneros, acusado de narco, de usar tráfico de influencias para dejar
en libertada a delincuentes, resaltaba los valores del fundador de la
nacionalidad dominicana; y fue el mismo
día veintiséis de enero, en medio del discurso, cuando recibió una llamada
donde se le daba instrucciones precisas de eliminar a un personaje que
representaba un claro peligro para los intereses de los enemigos del pueblo.
-Duarte lo expresaba, señores: -Decía
el orador-“¡No debemos ceder ni un centímetro de nuestro suelo a potencia
extranjera”…¿Por qué diablos entonces regalar nuestras riquezas a poderosas
multinacionales, violando las leyes?¿Y qué dice de la ley?: Que gobernantes y
gobernados deben someterse a su imperio…
De repente el orador se detuvo en su
disertación para responder una llamada: “¿Qué vino de nuevo?...¡No puede ser! “
Y al decir esto comenzó a sudar a borbotones; y poco a poco fue perdiendo el
color, tornándose pálido, cadavérico. No
tardó en aparecer una numerosa escolta que
lo condujo a su helicóptero particular.
Más tarde, ya desde lo alto, pudo observar cómo decenas
de mujeres caían convulsionadas, histéricas, preocupadas por su salud, al igual
que millares de empleados botellas; y decenas de yipetas, militares tipo lince, policías de la
AMET, abrían paso a la brava para
llevar a las mujeres de Amancio a sus
vehículos; y en el pájaro volador, Amancio veía que media ciudad de condominios
era de él; y con desprecio veía al pueblo, a quien consideraba tonto, pedigüeño
e ignorante.
-¡Ay coño!, ¡yo no puedo creer esa
vaina!¡Duarte está de vuelta…!y ya me taba metiendo pa lo hondo con su
patriotismo de no vender las riquezas, que el imperio de la ley y demás
mierdas…me jalán la soga…A Duarte ya le daremos pa bajo a ese soñador…Tú sabes
que le cogimos un dineral a la Barrick
para que se instalara.
-Sí, e verdá; pero no me meta al
medio, Cisneros- ripostó un compañero.
-¿Cómo
que no te metas pal medio? ¡Será que no te saque, pendejo!… tú le
cogiste a Falcondo igual que yo; y estamos con la explotación de
Miranda…agachao, claro…¿Qué con su
explotación se acaban los ríos,
los bosques, y la producción, y que la gente no tiene qué beber? ¡A mi que me
importa! La empresa minera resuelve con los periodistas lenguas vendidas. Ya
Loncha Gas anda igualita amarrando medios, amordazando lenguas… Leonel va a
hablar mañana, ¿tú sabía?
-No; no sabía… ¿y de qué?
- ¿Y de que má va a ser? De Duarte...
A lo mejor Hipólito, Miguel, o Vincho se
animan a tirarse un discursito también. Pero que se preparen con Duarte los
falsos patriotas…Si es que el patricio
no se muere antes…je, je, je, je, je, je….!Qué malo soy! ¡Qué malo soy!
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