Santo Domingo.-Viajó a Curazao detrás del dinero prometido, y al final sólo consiguió ser una víctima más de la trata humana...
Después de pensar que tendría mucho dinero, Lisette volvió al país con las manos vacías, avergonzada y explotada.
Pero los que no se quedan con las manos vacías son quienes controlan esas mafias de trata humana, que engañan a sus víctimas ofreciéndoles la gloria y al final las dejan como bagazos, con deseos de morir para no recordar lo vivido.
Y es que ese negocio ilícito mueve unos 32 mil millones de dólares a nivel mundial, de los que sólo América Latina aporta US$16 mil millones, de acuerdo con los cálculos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
De hecho, la trata humana ocupa el tercer lugar a nivel global entre los negocios ilícitos más rentables, sólo antecedido por el de las drogas y las armas, según estudios internacionales y nacionales.
El engaño...
La tragedia de la joven dominicana, de tan sólo 22 años, empezó cuando su celular sonó una tarde lluviosa de 2012.
Una prima la llamó para decirle que en Curazao estaban necesitando chicas jóvenes para bailar en un bar “decente” y le pagarían 500 dólares a la semana.
“Imagínate tú, 2,000 dólares al mes, era muchísimo dinero para mí. Pensé que aquí nunca conseguiría tanto en un trabajo”, narra Lisette a EL DÍA mientras estaba sentada en una silla de uno de los departamentos de la Policía Nacional, adonde acudió a buscar ayuda.
La chica, oriunda de Boca Chica, se emocionó, y de inmediato hizo contacto con el curazoleño, quien le exigió una copia de su cédula, de su pasaporte y una foto casi desnuda, sólo en panty tipo “hilo dental”, a lo que ella accedió.
Al hombre le gustó la figura de Lisette, buen cuerpo, una mulata con ojos claros y pelo rojizo. Acordaron que él pagaría todo lo que conllevara el viaje para que luego, ‘al paso’, ella se lo devolviera.
La chica llegó al bar, pero las cosas no fueron como se las pintaron su prima ni el curazoleño.
Hasta con menstruación
Bailaba, sí, pero además la obligaban a tener relaciones sexuales hasta con cinco hombres en una noche, sin importar que tuviera la menstruación. Tenía que tomar alcohol aunque no quisiera, lo importante era que el cliente consumiera mucho.
Si no salía fuera del bar a pasar la noche con sus clientes, la encerraban junto a otras mujeres en un lugar que para poder dormir tenían que arroparse de pies a cabeza, pues las cucarachas y otros insectos no las dejaban descansar de su agotado día.
Además de eso, tenía que soportar el terrible mal olor de los colchones sucios en donde dormían.
Pago por servicio
Los hombres le pagaban 125 florines por media hora, 175 por una hora y 300 por una amanecida, la mayoría del dinero iba para el bolsillo del dueño del bar.
La joven tenía que costearse todo. Pasó hambre, sed, malas noches, días terribles, pero lo peor para ella fue que nunca vio los 500 dólares que le habían prometido.
“Él se hace rico del trabajo de todas las que estábamos en el lugar, nos explotaba”, dice Lisette, en referencia al proxeneta.
Negocio millonario
A inicios de esta década, las ganancias anuales del flagelo de la trata se estimaban en 12 mil millones de dólares al año, pero en la actualidad se ha triplicado.
Muchas de las mujeres víctimas de trata han pagado hasta 400 mil pesos para hacer un viaje que al final las deja como muertas vivas, sin alma, sumergidas en una tristeza profunda, como Lisette.
En el país no hay estadísticas fiables del número de niños y niñas víctimas de trata con fines de explotación sexual comercial, trabajo forzado y mendicidad. Sin embargo, algunas ONG calculan en 25,000 el número de menores explotados en estos ámbitos.
“La trata es un gran problema para la sociedad humana en estos momentos, porque es un gran negocio, un negocio ilícito de alta rentabilidad que lucra con la vida humana”, advierte la directora de Tú, Mujer, Cristina Sánchez.
La pobreza, lo principal
La especialista cita que la pobreza, la falta de educación y la violencia de género son los principales factores que condicionan a la vulnerabilidad ante la trata humana.
También la crisis y las malas políticas económicas, altos niveles de desigualdad, la exclusión social, pérdida de confianza en el sistema social, son otros factores causales del tráfico ilícito y la trata a nivel macro y micro, según el estudio “Tráfico Ilícito y la Trata de Mujeres Dominicanas en el Exterior”.
El procurador general de la República, Francisco Domínguez Brito, es enérgico al asegurar que las víctimas de las redes organizadas de trata se lucran mientras explotan a sus víctimas.
Lisette, físicamente no luce tan mal. Volvió después de tres meses de vivir como “un animal”, ya que su supuesto “contrato” había terminado. Pero el recuerdo de lo vivido y el engaño sufrido están ahí, como una mancha indeleble en su mente.
Fuente Periódico El Día
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