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Las montañas de Bonao, ecosistemas de elevada fragilidad Por Dr. César Aquino Arias, ND, Biol.

Aquellas personas que Dios les ha otorgado el privilegio de vivir junto a una montaña conocen de lo delicadas que son, pero al mismo tiempo saben que son fuentes de vida, pues nos aportan desde el recurso más importante que es el agua hasta oxígeno, alimentos, techos, minerales, esparcimiento, etc.

La definición de montañas a nivel mundial presenta ligera variación entre los países. Pero nosotros consideraremos una montaña como una prominencia en el terreno igual o superior a los 700 metros de altura desde su base hasta su cima. Claro excepto si se trata de volcanes.

Las montañas cubren una gran parte de las tierras continentales así, por ejemplo, el 58% de la superficie terrestre del continente americano son montañas, el 53% del asiático, el 25% del europeo, el 17% del australiano y el 3 % del africano. Como se puede apreciar América registra una mayor cantidad de montañas a nivel mundial. La Rep. Dominicana también tienen una gran cantidad de montañas, con varias cordilleras, sierras y promontorios, esto lo hace un país eminentemente montañoso.

Los ecosistemas de montañas los encontramos desde el nivel del mar hasta el lugar más alto del planeta: el monte del Everest en el Himalaya en la frontera entre Nepal y China.

Una gran parte de la población mundial vive en las montañas, esto es alrededor del 10%, lo que equivale a 718 millones, 636,000 personas, esto es calculado hasta el 17 Octubre, 2013, a las 8:27 am. Pero para ilustrar un poco más sobre la importancia de las montañas, los ríos más grandes del mundo nacen en ecosistemas montañosos y alrededor de la mitad de la población mundial depende para subsistir del agua que proviene de las montañas. En nuestro caso especifico la Republica Dominicana y mas especifico todavía la provincia Monseñor Nouel, pregúntese usted mismo ¿De dónde proviene el agua que consumimos y que muchas veces derrochamos?. Indefectiblemente la respuesta es de nuestras montañas.

Pero otra pregunta es ¿Qué pasaría en Bonao, regiones aledañas y todavía más allá, como Sánchez, Bahía de Samaná, en Samaná, San Francisco de Macorís, Pimentel, Cotuí, La Vega, Fantino, Nagua, Villa Rivas, y otros lugares, si las montañas de Monseñor Nouel dejan de producir agua o esta se contaminaran y dejaran de ser potable?. Por favor les sugiero que cada uno se dé respuesta a sí mismo.

Aproximadamente 1, 226,696 personas o sea el 13.19% de los habitantes del país, dependen directa o indirectamente de las aguas de las montañas de Monseñor Nouel, tanto en las mismas montañas como en las tierras bajas. Estas montañas nuestras desempeñan un papel esencial en el ciclo del agua al captar la humedad de las masas de aire, cuando el agua se precipita en forma de lluvia, parte es retenida por los bosques, que van alimentando paulatinamente los ríos y arroyos, mismos que van a calmar la sed de millones de personas, a producir energía hidroeléctrica renovable, a producir energía renovable, a la agricultura y a las industrias.

Pero para mayor precisión señalamos que esta parte oriental del Valle del Cibao es la segunda cuenca hidrográfica más importante del país con 5,498 km², con el rio Yuna a la cabeza desde los Montes Banilejos, hasta la Bahía de Samaná recoge las aguas de todos sus afluentes. Donde impera una vegetación de bosque húmedo y por la influencia de los vientos alisios tenemos lluvias casi todo el año. En esta zona del Cibao Oriental están las tierras más fértiles del país, y es considerada como el granero agrícola por excelencia de la Rep. Dominicana, donde se cultiva desde maíz, habichuela, yuca, cacao, plátanos, café, arroz, y otros rubros agrícolas. También hay una ganadería importante.

Desde nuestro punto de vista el activo más importante de subsistencia y de viabilidad de futuro para nuestra región son sus fuentes acuíferas sin importar el tamaño. La deforestación de nuestras montañas, los fuertes procesos erosivos en desarrollo, la extracción de materiales del lecho de los ríos y el minado a cielo abierto, están contribuyendo a la disminución de los caudales de ríos y arroyos, emigración de las personas hacia los centros urbanos, emigración de polinizadores, emigración o desaparición de aves y otros animales silvestres, todo esto hace que la calidad de vida de la región disminuya.

Como señalábamos al principio los ecosistemas de montañas son muy frágiles y lo que lo dañe, repercute directamente en las tierras bajas. Como muy bien decía un ministro de medio ambiente hace un tiempo "las montañas que se tumban, jamás vuelven a ser montañas". Pues una de las características más importantes de estas son su vegetación original y su clima. Las montañas generalmente suelen ser frías y húmedas, pues la temperatura desciende 5°C por cada kilometro de altura, y reciben más lluvia debido a la misma altitud.

Resulta muy interesante ver como la vegetación varia en las montañas de acuerdo a la altura, pues en las partes bajas de las montañas vemos especies que van siendo sustituidos por otras según vamos subiendo altitudinalmente. Nuestras montañas son centros de biodiversidad donde hay una muy buena representación de especies endémicas tanto de flora como de fauna. Luego de estudios biológicos muchas areas montañosas con elevada diversidad biológica en otros países han sido declaradas como parques nacionales o tienen algún tipo de protección.

Especialmente para Bonao las montañas representan uno de sus recursos más importantes no por los minerales en su subsuelo, sino por la estabilidad hídrica y ecológica que ellas representan, para el presente y el futuro de sus habitantes.

La FAO señala que debe darse prioridad a nivel mundial, a la gestión cuidadosa de los recursos hídricos de las montañas. "Dada la demanda mundial cada vez mayor de agua dulce es necesario asegurar que el desarrollo sostenible de las montañas ocupe uno de los primeros lugares entre las prioridades del desarrollo mundial", dice Tage Michaelsen, Jefe del Servicio de Conservación, Investigación y Enseñanza Forestales de la FAO. Pues son muchos los beneficios que ellas nos brindan, no solo en agua. En las zonas húmedas entre el 30 y el 60% del agua dulce viene de las montañas, y para las zonas áridas y semiáridas, esta representa entre el 70 y el 95%.

No hagamos como en la historia de la encina, donde unos ratones jóvenes cansados de subir y bajar a coger los frutos del árbol de encina, se reunieron y dijeron vamos a tumbar la encina y así nos evitamos tanto subir y bajar, ya estamos cansados, pero un ratón anciano que los escuchaba, se levantó y les dijo, cuidado si hoy tumban la encina que comeremos mañana. Si hoy dañamos nuestras montañas que son nuestros reservorios dulceacuícolas, que agua tomaremos mañana.

Nuestras montañas lucen un grado avanzado de degradación, esto supone un grave riesgo para la biodiversidad y la seguridad alimentaria de la provincia y el país. Pues una gran variedad de especies animales y vegetales como el yagrumo (Cecropia peltata), la guama (Inga vera), Juan primero (Simarouba glauca), café (Coffea arabiga), cacao (Theobroma cacao), aguacate (Persea americana), caoba (Swietenia mahagoni), mango (Manguifera indica), palma real (Roystonea hispaniolana), el capá (Petitia domingensis), la ceiba (Ceiba pentandra), el memiso cimarrón (Trema lamarckiana), yaya (Oxandra lanceolata), ébano verde (Magnolia pallescens), la cabirma (Guarea guidonia), el candongo (Annona mucosa), la guanábana (Annona muricata), y el roble (Catalpa longissima), entre otras, se han adaptados a una amplia variedad de alturas y microclimas. Incluso varias de estas especies son endémicas de nuestra isla. Estas montañas necesitan mayores atenciones pues son reservorios importantes de cultivos nutritivos y otros recursos filogenéticos que tienen un enorme potencial en la agricultura y la medicina.

Es tanta la importancia de las montañas que cada vez más en muchos países se les está prestando mayor atención, en este sentido la FAO declaró el 11 de Diciembre, como Día Internacional de las Montañas. El tema de la celebración este año fue "Montañas – clave para el futuro sostenible".

En fin nos guste o no estamos estrechamente ligados a nuestras montañas y estas resultan ser esenciales para la vida, y no importa si vivimos en altura o al nivel del mar, pues estas son las responsables de almacenar la mayor parte del agua dulce que diariamente consumimos. Usted aunque viva en la ciudad depende en mucho de esas montañas que nos rodean y que Dios puso como guardianes sigilosos de su creación. Protejámosla, pues sin ellas nosotros podemos volvernos inviables como conglomerado social, en este rinconcito del planeta tierra, llamado Bonao, Monseñor Nouel. 



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