Por: Edelvis GH
En medio de la podredumbre moral de la sociedad,
potencializada con la llegada al poder del PLD, el diputado Fidelio Despradel
constituye un referente moral que debe servir de guía y ejemplo para las nuevas
generaciones. Pero a la mafia de salteadores gobernantes no le conviene que se
conozca un personaje de la altura gigantesca de Fidelio, porque él es la
negación absoluta del tigueraje político, el robo, el sicariato, el fraude, la
impunidad y todos los antivalores que exhibe el partido que le vendió al país
la idea de una liberación nacional.
Ese Fidelio, que ha hecho coincidir las palabras con
los hechos, no es la primera vez que renuncia a los privilegios, ya siendo
ahijado de Trujillo, viendo las injusticias del dictador, decide enfrentarlo,
lo que lo llevó a las cárceles de la Victoria y al exilio.
Es ese Fidelio que decide volver al país y enrolarse
en la guerrilla de Manolo Tavárez, en
noviembre de 1963, buscando la vuelta de Juan Bosch al poder después del golpe de
Estado, pero que nunca ni Bosch ni su PLD agradecieron a la inmolación y el
sacrificio 32 valiosos jóvenes del 14 de Junio.
Fidelio es el de la guerra patria del 65; el de las
luchas en contra del balaguerismo y el ambientalista que asume adjunto a Aniana
Vargas, Esteban Polanco, Kenny Durán y otros campesinos, la defensa de la
cordillera y la no explotación de una mina en El Higo, en Bonao.
Es Fidelio el clavito en el zapato que se ha opuesto
en el Congreso a las exoneraciones,
cofrecito, barrilito; no porque no haya gastado para llegar al puesto de
diputado, sino por su compromiso revolucionario, duartiano, de la Raza Inmortal,
de Manolo, Caamaño y de Fernández Domínguez.
El Fidelio que se ha opuesto al endeudamiento y ha
enfrentado el mafioso contrato de Punta Catalina. Es por eso que Fidelio es un
referente moral en la sociedad dominicana; una sociedad que esperaba inversión
en salud preventiva; que produjera una profunda revolución cultural que
rescatara a los jóvenes del vicio y la transculturización; defensor del medio
ambiente y opuesto a la política neoliberal que privatiza todo, entrega los
recursos naturales a vaca muerta para enriquecer un grupo de gusanos enquistado
en la cúpula del PLD; que vive de las importaciones y que quiebra a los
productores nacionales produciendo emigraciones, hacinamiento y pobreza.
Por eso no esperemos que gente honesta y firme sea un
símbolo del mafioso peledeismo; síntesis de los peores vicios sociales; caldo
maldito que ha corrompido al pueblo usando los recursos del Estado, inclusive,
más que el mismo Trujillo.
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