Por
Ruddy Dotel
Nuestra
población está arropada de super antenas de comunicaciones de empresas telefónicas
por todo lado, hasta dos artefactos por calle; esta mole de metales con grandes
parábolas señalando al horizonte están conectada a satélites espaciales que
transmiten ondas electromagnéticas al espacio libre, cargada de radiaciones que
contaminan el lugar donde está instalada.
Hemos
podido observar con preocupación los lugares no apto para ubicar una antena
parabólica, hasta encima de techo de edificios, viviendas, solares, próximo a
empresas, escuelas y hospitales.
Estas
antenas transmiten emisiones de radiación que provocan cambios en la membrana
de la mayoría de las células del cuerpo, ocasionando enfermedades como cáncer,
leucemias, tumores cerebrales entre otras enfermedades.
Mientras
más cerca una persona resida de una parábola, es posible ser candidato a una enfermedad
catastrófica, en especial los niños son más fácil de ser afectados por las
radiaciones.
En
verdad nuestras autoridades no tomaron las medidas preventivas, y permitieron
que las telefónicas sin consultar y orientar a la población iniciaran este
proceso de instalaciones de antenas en barrios, urbanizaciones y en centro de
Bonao, afectando la salud de cientos de familia.
Las
comunidades particularmente de la provincia de Monseñor deben iniciar una
proceso legar apegado a nuestra Constitución y las leyes dominicana, en procura
de desmontar las antenas que se encuentran en lugares con una alta tasa de
población de seres humanos.
No
podemos cambiar nuestra salud por comunicación. Somos de opinión que una salida
saludable a este problema social es que las antenas parabólicas deben ser instaladas
en lugares no poblado apegado a las normas y reglamentos de la comunicación en
República Dominicana. 10 de febrero, 2018
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