Por:
Dilenni Bonilla
Obreros.
Arriesgan la vida en el subterráneo en busca de la misma. Ganancias. Actividad
genera unos RD$35 millones al año.
BARAHONA.-La
tradición indica que el primero en descubrir la piedra azul en Barahona fue el
sacerdote Miguel Domingo Fuentes Loren en 1916.
El
religioso intentó extraerla, pero no obtuvo el permiso de los militares
estadounidenses que en ese entonces ocupaban el país, porque no se tenía
conocimiento de la existencia de esa piedra.
Su
color azul hacía pensar que las pintaba el mar.
La
hermosa piedra quedó en el subsuelo brotando solo de manera accidental, hasta
que en 1974 Miguel Méndez y un voluntario del Cuerpo de Paz, de Estados Unidos,
Norman Rilling, la redescubrieron.
Méndez,
más avispado, supo que estaban frente a una roca innominada y quiso consagrar
el nombre de su hija Larissa y combinarlo con la creencia del origen marítimo
de la roca.
Así fue
como surgió el nombre de “larimar”, considerada la “roca nacional”, que está entre
las más valiosas del mundo y solo se obtiene aquí. Las minas están en la loma
La Filipina, a unos 10 km de La Ciénaga, provincia Bahoruco.
Al año
se extraen unos mil quintales de roca, lo que representa unos 35 millones de
pesos, según Luis Arboleda, presidente de la Cooperativa de Producción y
Trabajadores de Extracción de Larimar.
Cerca
de 1,200 hombres (700 dominicanos y 500 haitianos) trabajan en el proceso de
extracción de Larimar.
Ciudad
gris
Los
Chupaderos, más que una comunidad montañosa o cercana a la costa, luce como una
ciudad polvorienta, pintada de gris, signada por los escombros y casetas
techadas de zinc, donde se cobijan las entradas a los túneles verticales desde
donde se extrae la piedra.
Los
obreros desafían la suerte para meterse en los laberintos subterráneos en busca
de la roca, el motor de la economía de la comunidad.
Trabajo
en equipo
A
primera hora, los obreros encienden las plantas eléctrica, los bombillos
alumbran los hoyos o canastas, a la vez que los ventiladores inician a vertir
aire a 500 pies de profundidad y es entonces que los trabajadores bajan uno a
uno sostenidos por una grúa y atados a la cintura.
En
los túneles, los obreros cavan de manera vertical y horizontal a unos 500
metros de profundidad, hasta llegar a las vetas de larimar. Separan la gravilla
de la piedra azul que suben a la superficie en cubetas.
La
piedra turquesa es llevada a los almacenes, mientras que la gravilla es dejada
al aire libre, sin ninguna utilidad para los mineros que, cubiertos de polvo,
se confunden con las rocas.
Tentando
la suerte
Los
obreros entran a los hoyos sin casco de protección, guantes ni mascarillas para
respirar contra partículas y sin linternas.
“Aquí
hay que venir con suerte, para salir con vida y con larimar”, manifiesta el
operario Dany Medina, quien tiene más de cinco años en esa actividad económica.
Explica
que varios de sus compañeros han perdido la vida mientras cavan con los
taladros el suelo rocoso en busca de la llamada perla azul. Para ganar dinero
deben encontrar la roca, de lo contrario se van a su casa con las manos vacías.
En
esta actividad minera no hay transnacionales ni grandes capitales. Son pequeños
“inversionistas” que costean el proceso de extracción de la roca. Uno de ellos,
Darío Ledesma, tiene más de cinco años en el negocio.
Describe
como dura esa actividad y dice de que con frecuencia solo recuperan la inversión.
Se
queja de que las autoridades no permiten la exportación de la roca, como una
medida para garantizar el suministro a los artesanos locales y que el valor
agregado quede en el país.
Sin
embargo, el inversionista José Basayo y el comerciante Victor Manuel Reyes
respaldan la medida y quisieran que se fuera más rígida para evitar que sean
exportadas de contrabando.
“Así
se garantiza que las ganancias se queden en el país”, indicaron.
En
comunidad
—1— Túnel
o canasta
Existen
60 hoyos o canastas e igual número de grupos de trabajos.
2— Comunidad
Unas
50 personas, entre ellas mujeres y niños, residen en la zona de la mina, donde
también existen tiendas improvisadas, bancas de apuesta y colmados.
—3— Azul
de larimar
Es
resultado de la sustitución del cobalto por calcio. Tiene varias gamas azul
claro, azul verdoso e intenso. Fuente Periódico El Día
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