SANTO
DOMINGO. La conmemoración del 45 aniversario del asesinato del periodista
Gregorio García Castro, jefe de redacción del desaparecido periódico Ultima
Hora, reavivó en muchos dominicanos el recuerdo de la represión política y los
asesinatos ocurridos durante los doce años de Balaguer.
En
la época el crimen causó conmoción. Sucedió la noche del 28 de marzo de 1973,
en la calle Mercedes casi esquina José Reyes, en Santo Domingo, próximo a
oficinas del medio, donde García Castro laboraba.
Aunque
circularon diversas versiones sobre los motivos, el atentado se le atribuyó a
La Banda Colorá, debido a las críticas que el periodista publicaba sobre el
gobierno de Joaquín Balaguer, con el quien mantuvo relaciones amistosas y a
quien le había solicitado una entrevista el mismo día de su fallecimiento, según
confirmó César Herrera, secretario de Prensa de la Presidencia entonces.
La
comisión investigadora del caso, formada por Balaguer, identificó como
responsables del homicidio a tres miembros del Servicio Secreto de la Policía
Nacional, el teniente Juan María Arias Sánchez y los cabos Milton de la Cruz y
Rafael Pérez Pereyra, quienes fueron sometidos a la Justicia.
Posteriormente,
el 29 de agosto de 1974 la Cuarta Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia
del Distrito Nacional descargó a los imputados.
El
asesinato se produjo después de que Última Hora publicara una entrevista que le
hizo el reportero Juan Bolívar Díaz al guerrillero Toribio Peña Jáquez en un
carro, mientras recorrían un sector de la ciudad de Santo Domingo, militarizada
por fuerzas que buscaban a los insurgentes llegados en el desembarco de Playa
Caracoles, liderado por Francisco Alberto Caamaño Deñó.
En
el 2013 el periodista Aníbal De Castro aportó su testimonio sobre la entrevista
concedida por el guerrillero.” Al jefe de redacción (García Castro) se le
mantuvo al margen para no abultar más sus penurias con los estamentos de poder,
y librarlo de las presiones que sin duda le vendrían de sus amigos funcionarios
para redimirlo del secreto profesional. Con la rotativa para la edición histórica
rodando, el consenso generalizado fue que nos escondiéramos el fin de semana
hasta ver qué pasaba. Con decenas de miles de ejemplares en la calle, a Goyito
lo vieron caminar por el Parque Independencia sin temor a las consecuencias de
esa audacia periodística. Luego comentaría sin barrunto de amargura que aunque
sin aviso previo de la célebre entrevista, estaba seguro de que se la atribuirían.
Días después era asesinado”.
Balaguer
suspendió en sus funciones al secretario de Estado, Sócrates (Chino) Pichardo,
hasta que la comisión investigadora esclareciera el crimen y determinara si el
militar tuvo o no alguna participación.
Un
periodista perspicaz
García Castro fue un
periodista sagaz, dueño de una pluma directa. Diariamente difundía en Última
Hora la columna “En un tris”, una de las más leídas en su época. En sus
escritos solía criticar las acciones de La Banda Colorá, el trato a los presos
políticos, la corrupción, la censura y la represión.
Al respecto De
Castro opinó: “De manera consciente, Goyito (García Castro) apostó por un
periodismo riesgoso. Cuando muchas voces callaban, la suya sonaba vigorosa,
molestosa para la intolerancia vigente, apasionada y decidida a favor de
quienes sufrían los embates de la represión y luchaban por la apertura
política. Sus análisis descubrían una realidad que sin esa columna incisiva que
rompía a diario silencios y desinformaciones, hubiese pasado inadvertida.
Recomponía y descomponía los acontecimientos en tarea fecunda de imaginación,
animado por un olfato periodístico innato acrecentado en sus años de ejercicio
dentro y fuera del país. Veía la noticia en donde otros apenas atisbaban hechos
sin mayores consecuencias”.
El comunicador Juan
Bolívar Díaz Santana, quien trabajó junto el periodista asesinado, también ha
aportado su testimonio: “Cuando lo mataron, García Castro llevaba más de tres
años denunciando los desmanes y crímenes de la banda terrorista auspiciada por
el sector más duro del balaguerismo militar policíaco y terminó siendo víctima
de la lucha de poderes entre los grupos que encabezaban los generales Enrique
Pérez y Pérez y Neit Nivar Seijas”.
Consternación
de Balaguer
El ya finado
presidente Joaquín Balaguer recordó la tribulación que le causó el crimen en su
controversial libro “Memorias de un cortesano en la era de Trujillo”.
“El suceso me
consternó no sólo por el revés que representaba para el buen nombre del
gobierno que presidía, sino también por el afecto que desde hacía largos años
me ligaba a la víctima de aquel crimen. Gregorio García Castro fue uno de los
fundadores del Partido Acción Social, el movimiento político de cuyo seno surgió
más tarde el Partido que sustentó mi candidatura presidencial en 1966. En 1962,
durante mi exilio en la ciudad de New York, nos reunimos muchas veces para
trazar los planes de mi vuelta al territorio dominicano y para discutir la
campaña que nos proponíamos llevar a cabo para la conquista del poder,
escribió.
El político aseguró
que una de las grandes frustraciones que se llevaría a la tumba sería “la de
morir sin haber podido conocer a ciencia cierta el nombre del funcionario,
militar o civil, que impartió la orden para que tres desalmados le arrebataran
inicuamente la vida”. Según Balaguer, en el caso de García Castro obró “una
conspiración de silencio”. Fuente Diario Libre
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