Francisco del Rosario Sánchez es uno de los grandes
próceres republicanos de la historia dominicana. Héroe del 27 de febrero de 1844,
hombre de acción y, como Duarte, Mella, Cabral, Pimentel, Manzueta, Adón y
otros, expresión auténtica de dominicanidad y de vocación patriótica, republicana
y revolucionaria.
Su vida como hombre público fue honesta,
incorruptible e inmaculada y fue marcada por su comportamiento valiente,
temerario e ingenuo.
Nació en Santo Domingo el 9 de marzo de 1817, durante
los últimos años del período colonial conocido como la “España Boba”.
La nota de Historia Dominicana en Gráficas señala que
fue el primer hijo de la unión de Narciso Sánchez, tablajero de profesión, y
Olaya del Rosario, ambos personas de color. En el acta bautismal de Olaya del
Rosario aparece como “parda libre”, lo que implica su ascendencia africana.
Cuando se unió a Narciso, ya era madre de un hijo a
quien su compañero le dio su apellido. Francisco nació antes de que sus padres
contrajeran matrimonio.
De acuerdo con el historiador Roberto Cassá, el
nombre de Sánchez presenta los apellidos paterno y materno invertidos, por lo
que tras la boda de sus padres su nombre correcto sería: Francisco del Rosario
Sánchez del Rosario.
Poco sabemos de su niñez y adolescencia sino que, en
los primeros años de su juventud fue “peinetero en concha” y, a los 22 años,
escribiente del Estado Civil. Fue discípulo del padre Gaspar Hernández.
Sánchez tuvo hijos con varias mujeres, siendo la primera
Felícita Martínez, con quien procreó a Mónica. Algunos años más tarde procreó con
María Evarista Hinojosa a María Gregoria (Goyita). Luego, con la curazoleña
Leoncia Leydes Rodríguez tuvo a Leoncia. Más tarde con Mercedes Pembrén
Chevalier procreó a Petronila.
El 4 de abril de 1849 contrae matrimonio con Balbina
de Peña Pérez, con quien procreó a Juan Francisco y Manuel de Jesús. Su hijo
Juan Francisco fue Ministro de Hacienda en el gobierno de Ulises Heureaux y
formó parte del gabinete de gobierno del también presidente Carlos Morales
Languasco.
No se conoce cuando comenzó su relación con Juan
Pablo Duarte pero el hecho de que no figuró entre los fundadores de la sociedad
secreta “La Trinitaria” en 1838, hace pensar que se conocieron después de esa
fecha. De todas formas, al ampliarse los trabajos de esa organización patriótica
Sánchez se convirtió en un Trinitario en quien Duarte confiaba plenamente. Poco
tiempo después de iniciados los trabajos que persiguen la separación y la
independencia, pasó a ser el segundo jefe del movimiento. Extiende sus
actividades de proselitismo e información fuera del ámbito de la ciudad de
Santo Domingo.
Luego del triunfo del movimiento “reformista” que
derrocó el gobierno de Boyer, cuando Charles Herard viaja a la parte Este, Sánchez,
perseguido, sale de Los Llanos y se dirige a Santo Domingo, cruzando a nado el
río Ozama y avisa a Duarte de la llegada de Herard. Buscado por las autoridades
se esconde y logra evadir la persecución haciendo correr el rumor de que había
muerto a consecuencia de enfermedad repentina.
Ausente Juan Pablo del país, asume la dirección del
movimiento independentista que había entrado en su última y más peligrosa etapa.
Desde su escondite dirige con serena actitud los preparativos del proyecto. Preside
las reuniones del grupo y amplía contactos con representantes del sector social
más importante de la ciudad. Mella le presta efectiva y oportuna colaboración. Para
los primeros días de enero de 1844, redacta Sánchez el Manifiesto de Separación
que será publicado con fecha del 16 de ese mes y, a petición de Mella, es
enviado a Tomás Bobadilla para su corrección.
Culminan en febrero los preparativos, y en reunión
celebrada la noche del 24, en la que se toman las decisiones finales, el grupo
de valientes elige a Sánchez, Comandante de Armas con el rango de coronel, lo
que constituyó un reconocimiento expreso a su jefatura política y militar. A
esa reunión asistieron además de Francisco del Rosario, Mella, Vicente
Celestino Duarte (hermano de Juan Pablo), los hermanos Puello y los de la
Concha (Jacinto y Tomás), Juan Alejandro Acosta y otros. A proposición de
algunos de sus compañeros entre los cuales figuraron Félix Mercenario, Manuel
María Valverde, Manuel Jiménez y Mariano Echavarría, se convino que Sánchez
presidiera la Junta de Gobierno que debía dirigir los destinos de la naciente
república. Es significativo señalar que los proponentes y la totalidad de los
que aceptaron, en términos sociales, tenían más categoría que Francisco del
Rosario, pero eso no les impedía reconocer las condiciones de liderato del
joven conjurado.
Investido de esa autoridad, comparece la noche del 27
a la puerta de El Conde y encabeza todas las actividades. En la madrugada del 28
sus manos juveniles (apenas tiene 27 años), izan la bandera nacional al amparo
del lema de ¡Dios, Patria y Libertad! En ese momento inmortal, presidida por
Francisco del Rosario Sánchez, quedó fundada la República Dominicana.
Una vez que la Independencia es proclamada, se
reorganiza la Junta Central Gubernativa en la cual se imponen los
representantes del sector social más influyente; solamente Sánchez y Mella
representan la línea independentista. Tomás Bobadilla sustituye a Sánchez en la
presidencia, borra el decreto de exilio y ordena el regreso de Duarte al país.
El 14 de marzo arriba Duarte al puerto del Ozama. Sánchez
y Mella suben a bordo de la goleta a recibir al compañero y líder del
movimiento. Duarte se integra a la Junta y, nombrado General de Brigada, es
destinado a Azua junto a Pedro Santana que hace días funge de general en jefe
del naciente Ejército Libertador.
Comienzan las contradicciones y los sucesos internos
de Haití le dan un respiro a los dominicanos.
Mella, actuando en el Cibao Central como jefe político
y militar, recibe a Duarte y lo proclama Presidente de la República en una
decisión precipitada y emotiva. Se rompe el precario equilibrio que imperaba en
el gobierno colegiado, en el cual los republicanos eran minoría, y se produce
un golpe de Estado que lleva a la presidencia a Francisco del Rosario Sánchez.
La Junta integrada por patriotas republicanos es
desconocida por Pedro Santana quien regresa de Azua y toma la ciudad de Santo
Domingo. Reducidos a prisión, algunas voces proponen que sean fusilados. El 22
de agosto de 1844, apenas seis meses después de haber sido fundada la República,
sus auténticos gestores, encabezados por Duarte, Sánchez y Mella son declarados
traidores a su propia obra política y expulsados de por vida del territorio
nacional. El 26 salen hacia Inglaterra Sánchez, Mella, Pina y otros.
Duarte saldrá más tarde, el 10 de septiembre, hacia
Hamburgo. Comienza así un largo calvario para los próceres de febrero. Duarte
regresará, enfermo y solitario, veinte años después.
La nave que lleva a Sánchez y Mella naufraga en las
costas de Irlanda y los sobrevivientes, entre ellos los dos dominicanos, llegan
a Dublín. En diciembre de ese año se trasladan a territorio de los Estados
Unidos y luego a Curazao. Permanecen cuatro años fuera del país, hasta que en
septiembre de 1848, fuera Santana del poder, el Presidente Manuel Jimenes
decreta una amnistía general que comprende en primer lugar a Duarte, Sánchez y
Mella, así como a Pedro Alejandrino Pina y Juan Isidro Pérez. Sánchez regresa
al país el 8 de noviembre y Jimenes lo nombra Comandante de Armas, o sea, jefe
militar de la ciudad de Santo Domingo.
Comienza entonces la vida política partidista del prócer
de febrero. En ella participará hasta el momento de su muerte ocupando importantes
posiciones en los gobiernos de Jimenes, Santana y Buenaventura Báez. Nombrado
Fiscal ante el Tribunal de Apelación de Santo Domingo, será quien llevará la
acusación contra Antonio Duvergé en el primer juicio que le hizo Pedro Santana.
Duvergé fue absuelto. Se hará a partir de entonces Defensor Público y recibirá licencia
de la Suprema Corte de Justicia para ejercer. Autodidacta, aprenderá francés y
latín. Adquirió apreciable cultura y sus defensas como abogado fueron notables.
Desterrado en abril de 1855, regresó al país en agosto de 1856.
Los ideales independentistas de Sánchez se vieron
tirados al suelo cuando Pedro Santana buscó, con la anexión a España, la
protección economico-militar. Sánchez expresa su oposición a las gestiones de
Santana. Reducido a prisión en agosto de 1859 es desterrado de nuevo, por
tercera vez, en septiembre de ese año. Se traslada a Saint Thomas y desde allí comienza,
sin recursos económicos, su lucha contra la traición y venta de la patria. Reclama
la unidad de todos los dominicanos y viaja hacia Haití en busca de ayuda del
presidente Geffrard.
Geffrard vacila y, bajo presión española, ordena que
Sánchez y otros dominicanos salgan de territorio haitiano, pero después, frente
a la evidencia de los hechos, autoriza su regreso y le promete a Sánchez ayuda.
El 20 de enero de 1861, éste publica su manifiesto en el cual afirma, frente a
sus enemigos: Yo soy la bandera nacional. Dos días después, el 22, se integra
en Curazao bajo su dirección la Junta Revolucionaria organizadora de la
Revolución de la Regeneración Dominicana.
Proclamada unilateralmente por Pedro Santana, la
anexión a España el 18 de marzo, toman los acontecimientos un rumbo diferente. El
2 de mayo se produce en Moca el levantamiento de José Contreras, y el 1ero. de
junio, en horas de la tarde, inicia Sánchez su invasión a territorio dominicano.
Traicionado y emboscado, fue hecho prisionero y juzgado por órdenes de Santana.
Un tribunal sin autoridad legal o militar, lo condenó a muerte junto a otros
compañeros. En el juicio asumió la responsabilidad de todos los hechos y pidió clemencia
para sus subalternos.
Murió fusilado el 4 de julio de 1861 a las cuatro de
la tarde, en el cementerio de San Juan de la Maguana. Fundador y prócer dos
veces de la República, con la entrega de su vida en el martirologio de San
Juan, entró en la inmortalidad como ejemplo inigualable de nuestra historia.
Texto: J.Marcano
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