Lula
anunció hoy que acatará el auto de prisión dictado por el juez Sergio Moro para
cumplir una condena de 12 años por corrupción.
Aunque
legalmente Lula, líder en todos los sondeos de intención de voto, puede
disputar las elecciones encarcelado -como el PT ha dicho que se propone- las
dificultades obligan a otros partidos de izquierda a buscar candidaturas
propias, hasta ahora ninguna viable, según coincidieron analistas políticos
consultados por Efe.
“Lula
no sólo es el único líder conocido del PT, que depende totalmente de su
dirigente, sino también el único que puede unir a la izquierda y el único
aspirante de izquierda con posibilidades de vencer las elecciones”, según
Michael Mohallem, especialista en ciencia política de la Fundación Getulio
Vargas (FGV).
Pese
a que los líderes de izquierda corrieron a arropar a Lula tras el auto de prisión,
admitieron que difícilmente se unirán en torno a una candidatura única.
Las
fuerzas de izquierda, históricos aliados del PT, ya habían postulado candidatos
propios ante la incertidumbre que generaba la aspiración de Lula.
El
Partido Comunista do Brasil (PCdoB) inscribirá a la exdiputada Manuela d’Avila,
el Partido Democrático Laborista (PDT) al exministro Ciro Gomes, el Socialista
Brasileño (PSB) al exmagistrado del Supremo Joaquim Barbosa, Socialismo y
Libertad (PSOL) al líder de los Sin Techo Guilherme Boulos, y la Rede
Sustentabilidade a la exministra y ecologista Marina Silva.
Pero
el PT, mayor formación de izquierda de América Latina y que gobernó Brasil por 13
años, insiste en mantener la candidatura de Lula hasta las últimas
consecuencias.
Los
analistas dicen que legalmente Lula puede disputar las elecciones en la cárcel,
aunque tendrá que superar varios obstáculos.
“La
legislación permite tener un candidato preso, en plena actuación en la campaña
electoral, mientras respete las limitaciones físicas de su restricción de
libertad”, según el profesor de derecho electoral del Centro Preparatorio Jurídico
Savio Chalita.
“Pero,
aún si consigue la libertad, la situación ya es muy difícil. Lula está inhabilitado
electoralmente porque fue condenado en segunda instancia. El PT asegura que
presentará recursos en todas las instancias para poder inscribirlo”, agregó Diego
Werneck Arguelhes, investigador del Centro de Justicia y Sociedad.
A su
juicio, el PT tendrá un gran desafío para intentar habilitar a Lula antes de
septiembre ante el Tribunal Superior Electoral (TSE) y ante la propia Corte
Suprema.
“Pero
el hecho político de su encarcelamiento puede alterar el comportamiento de los
electores, restarle credibilidad y llevar a aliados que aún creían en la
posibilidad de su candidatura a buscar alternativas”, agregó.
Para
Mohallem, el PT tal vez se vea obligado a mantener la candidatura de Lula por
no tener otra salida.
“La
prisión de Lula es la mayor tragedia del PT en sus 28 años, superior incluso a
la destitución de (la presidenta) Dilma Rousseff.
En
los últimos años el PT se concentró en Lula, no quiso construir otros líderes y
quedó totalmente dependiente de Lula. Eso agrandó a Lula pero disminuyó al PT. Ahora
quedó decapitado”, dijo.
El
PT se quedó sin alternativas porque los posibles herederos de Lula no cuentan
con consenso en el propio partido ni alcanzan el 1 % en los sondeos.
“Además,
tras haber vinculado su imagen a la de Lula, la tragedia de ahora es peor
porque un encarcelamiento por corrupción termina salpicando a todo el partido”,
asegura Mohallem.
Para
Chalita, el PT puede aprovechar una brecha legal que permite a un partido
sustituir a un candidato declarado inelegible a sólo 20 días de las elecciones.
“De esa forma un candidato puede comandar toda la campaña y al final pedir que
su nombre sea sustituido en la urna electoral”, dijo.
“En
una elecciones totalmente fragmentadas e imprevisibles, en que hay candidatos
de decenas de partidos, la izquierda se quedó huérfana y sólo tiene
posibilidades si se une”, según Mohallem.
Para
los analistas, el candidato más viable si recibe el apoyo de Lula es Ciro
Gomes, que cuenta con poco más del 10 % en los sondeos, pero el expresidente ya
vetó esa alianza.
“La
candidatura de Ciro Gomes conquistó un lugar estratégico antes de la tragedia
de Lula. Pero la actual fraternidad entre las izquierdas tiende a dar lugar a
conflictos sectarios. Después de Lula, será cada uno por su cuenta”, vaticina
Wanderley Guilherme dos Santos, uno de los más reconocidos sociólogos de Brasil.
Diario Libre
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