Amenazada. Su explotación comercial la mantiene
siempre en lista roja. Veda. Desde el primero de junio al 30 de septiembre está
prohibida su captura y venta en el país.
SANTO DOMINGO.- Sus variados colores verdosos,
anaranjados, grisáceos y negros dependen del ambiente acuático donde se originan
o viven, particularidad que en ocasiones le da similitud con algunos cangrejos
de mar.
Sin embargo, la jaiba (Epilobocera haytensis,
Rathbun, 1893), crustáceo endémico de la isla Española que hace vida en arroyos
y ríos del territorio, también tiene la particularidad de eclosionar sus huevos
dentro de sí, a diferencia del cangrejo terrestre, que deposita en el medio
marino.
Según el biólogo Antonio Montero, encargado de
Regulación y Control de Actividades Marinas del Viceministerio de Recursos Costeros
y Marinos, y Juan Miguel Matos, técnico de la Dirección de Evaluación del
Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, lo más importante de esta
especie es que construyen madrigueras o cuevas, donde además de protegerse de
los depredadores les sirven para airear los suelos circundantes a los cuerpos
de agua que emana de los pantanales.
Rol ecológico
De ahí el importante rol ecológico que desempeñan y
el gran riesgo de perder sus poblaciones, que se encuentra en la lista roja,
vulnerable, debido a su captura indiscriminada y destrucción de su hábitat. Ambos
técnicos coinciden en que la especie, que llega a medir hasta 18 centímetros,
por alimentarse de pequeños insectos acuáticos y terrestres sirve de control
biológico en ambos ecosistemas donde hacen vida de manera simultánea.
“Son mayormente diurnos y su periodo de reproducción
es del primero de junio al 30 de septiembre, por lo que en base a la Resolución
07-03 está en veda en esa temporada”, detalló Montero tras especificar que
hacen el mismo ritual que los cangrejos terrestres, que se mueven hacia el
frente, atrás y de lado para defenderse de los obstáculos que puedan encontrar
a su paso.
En una especie de ayuntamiento con la naturaleza actúan
como brigadas de saneamiento.
El crustáceo decápodo, porque presenta diez patas,
está distribuido en todo el país, sobre todo en la orilla y cabecera de los ríos,
limpiándolos de materia descompuesta y animales muertos, especificó José Miguel
Matos.
“Son una especie de ayuntamiento con la naturaleza,
porque actúan como brigadas de saneamiento”, externó Matos, al tiempo de
exhortar a la población a cuidar de esta especie para evitar desaparición.
—1— Control
Está prohibida su comercialización, antes era en
zonas aledañas a la autopista Duarte, como también se registra en San Juan, la
Costa Norte y Monte Plata.
—2— Aporte
Con sus cuevas favorecen la canalización de aguas
hacia los nacimientos de los ríos, según Matos.
—3— Daño
Actualmente es cazada usando garrapaticidas que la
ciega y hacen que salga despavorida. Fuente Periódico El Día
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