Por Ruddy Dotel
Joaquín Balaguer: ducho, sereno, esperaba paciente su
oportunidad. Tanto así que la enfermedad y la muerte lo apartaría de la silla
de alfileres, como irónicamente bautizara una vez "su despacho". Juan
Bosch: uno de los más diestros escritores de Iberoamérica. Se evidencia como un
excelente historiador, biógrafo, sociólogo, cuentista y lingüista.
Joaquín Balaguer fue un orador nato, un orador que
arrancaba el aplauso con vocablos intrascedentes pero que dichos por él se revisten
de apocalípticas.
Juan Bosch dirige su atención al tema, donde el
aplauso es marginal; su público aprende de él, es un maestro que habla
certeramente y que no pide otra cosa que ser escuchado.
No hay otro político dominicano que haya contribuido
más que Juan Bosch a forjar políticamente al pueblo, especialmente a la
juventud. Escribió decenas de libros.
Balaguer no ha escrito casi nada que incremente el
conocimiento político del pueblo. Escribió el Cristo de la Libertad, si bien
contiene datos históricos, no rebasa la condición de biografía sobre el Padre
de la Patria.
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