Por Edelvis García Herrera
La acertada idea
de Duarte al fundar la organización más
significativa del siglo XIX llamada la Trinitaria, no podía ser mejor. Y lo
digo porque es un importante punto de partida que daba direccionalidad a un
proyecto consistente en tres aspectos básicos: forjar la conciencia nacional, expulsar
el dominio extranjero y fundar una república.
Es precisamente
un 16 de julio de 1838, día de la Santa Cruz, cuando el Patricio decide su
fundación y el hecho que haya escogido esa fecha no fue al azar, sino que obedeció
a su arraigado catolicismo y admiración por algunos hechos de España.
Sucede que los españoles, en una sangrienta batalla
habían vencido a los árabes, y eso fue el 16 de julio de 1212, de ahí que en
honor a este hecho Duarte escoge esa fecha, y decidió atravesarle una cruz a la bandera haitiana como símbolo de
redención; de ahí, que en la memorable fecha dijera:” No es la cruz signo del
padecimiento, sino el símbolo de la redención, bajo su égida queda constituida
la sociedad La Trinitaria”.
Lo anterior no
fue coincidencia, pero sí lo es que él muera el 15 de julio de 1876, y sea
sepultado exactamente el 16 de julio, justo a los 38 años de haber fundado la
Trinitaria
“El acta de defunción fue levantada por el
cura de la parroquia de Santa Rosalía en la capital, y los oficios eclesiásticos se llevaron a cabo
el 16 de julio”, según me explicó un guía en Caracas.
Otro aspecto a
destacar es que la madre de Duarte, doña Manuela Diez y Jiménez, fue bautizada
el 16 de julio de 1786; vinculado este hecho a los temas del mismo catolicismo
al cual me refiero.
Son pues algunas cuestiones del mes de
julio en la vida de Duarte, a propósito de que hoy se conmemoran los 140 años de su triste fallecimiento en Caracas; y
hoy, si no se recuerda su partida de este mundo, menos se asume su ideario.
Y lo digo porque cada fecha de su
natalicio es aprovechada para explotar
su imagen con muchas alharacas,
discursos y elogios, pero sin retomar su ideal de separación de los poderes,
justicia, igualdad, respeto a la Ley, democracia, honestidad, sacrificio y
claridad de la soberanía, chocan esos valores con los que desgobiernan.
Un Duarte opuesto a la entrega de un centímetro del patrimonio nacional, al caudillismo, la tiranía y al endeudamiento.
O los neotrujillistas, podridos por el odio, usando su nombre para mostrar un Duarte que a ellos les conviene; un Patricio racista y antihaitiano.
Un Duarte opuesto a la entrega de un centímetro del patrimonio nacional, al caudillismo, la tiranía y al endeudamiento.
O los neotrujillistas, podridos por el odio, usando su nombre para mostrar un Duarte que a ellos les conviene; un Patricio racista y antihaitiano.
Lo mismo que hacía Trujillo que se escondía
detrás de la gigantesca figura de Duarte para deformar su pensamiento en
beneficio de él, sus familiares y su corte de gusanos; o como los demás
sanguinarios dictadores Fulgencio
Batista con José Martí, en Cuba; Marcos Pérez Jiménez con Bolívar en Venezuela;
o lo mismo se hacía con Sandino y Farabundo Martí en Nicaragua y El Salvador; o
sea, usar a los próceres para aparentar que son patriotas similares a ellos, es una vieja práctica de gobiernos dictadores
y corruptos.
(Hoy, yo
razonando, pienso en el error de Duarte de llevar hasta el extremo su
catolicismo y mezclarlo con asuntos patrióticos, y colocando una cruz y una
Biblia en su centro…¡Pero bueno: ése no es el tema!)
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