SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El médico cirujano cardiovascular Julio César Barnett expresó indignación por el curso que ha tomado la práctica médica en la República Dominicana, la que considera lamentable, interesada, vergonzosa y vergonzante.
En un relato sobre su vida vinculada a la medicina, y a la práctica médica, describe las múltiples formas de engañar o estafar a los pacientes, que acuden a los hospitales y consultorios médicos, desconociendo lo que tiene valor y lo que no, y las formas utilizadas por ciertos profesionales que estafan a los ciudadanos.
Julio César Barnett es jefe de cirugía cardiovascular en el hospital Salvador B. Gautier, en el Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS). Además es cirujano cardiovascular en el Instituto Dominicano de Cardiología.
Dice que las prácticas corruptas son comunes en otros países, como Estados Unidos, pero que allí existen sanciones y formas de determinar quiénes son l
os que incurren en ese tipo de abuso. En República Dominicana no.
Primeros desengaños con la práctica
Comienzo a practicar la medicina como especialista y voy conociendo el ejercicio de esta profesión en la capital de mi país. En los primeros días de mi ejercicio profesional un médico amigo me refiere un paciente con un derrame pericárdico y que había que puncionarlo para sacarle el líquido, (el pericardio es la membrana que envuelve el corazón). Este procedimiento se realizó sin problemas y cuando me pagan mis honorarios, el dueño de la clínica me quería quitar el 30 por ciento, por “trámites de cobro”, porque yo no era del staff de esa clínica.
Comienzo a enterarme de que muchos de nosotros referíamos a hacer exámenes de laboratorio a los pacientes, en laboratorios específicos porque estos retornaban al médico una comisión de un 20% o 30%. Lo mismo sucedía con las imágenes, enviando a nuestros pacientes a realizarse radiografías a sitios específicos simplemente porque recibían una jugosa comisión, sin importar la calidad de la imagen o el diagnóstico confiable del estudio, realizado por un médico entrenado y capaz y todo esto en detrimento de la salud del paciente. La vergüenza iba in crescendo.
Engaños y abusos de la práctica especializada
Con el transcurso del tiempo y el ejercicio de la profesión he notado, que cada vez indicamos más estudios costosos y la mayoría de las veces innecesarios. El número de resonancias magnéticas de la columna o el cerebro hechas por síntomas comunes de dolor de espalda o dolor de cabeza que han probado ser normales, es suficiente evidencia de que estos estudios se han conducido excesivamente.
De hecho, la resonancia magnética de la columna ilumina los cambios normales degenerativos mejor que nunca y conlleva a reportes de “anormalidades” que no existen y a cirugías de la columna innecesarias. Lo mismo sucede con muchas cirugías artroscópicas o no, de la rodilla que hubieran tenido la misma evolución si se hubiera aplicado tratamiento médico. También sucede que se operan pacientes de Bypass aortocoronario de manera innecesaria, cuando la evolución con cirugía es la misma si se hubiera realizado con tratamiento médico.
A veces los pacientes se asombran cuando de inicio en la oficina me enseñan un Duplex de las extremidades inferiores o una angiotomografía de la arteria aorta y yo les digo que luego de que converse y los examine, yo veré sus estudios. Yo soy un médico tachado a la antigua. Me enseñaron en una de las primeras materias de la carrera de medicina, Semiología Médica (como interrogar y examinar al paciente), que el 70% de los diagnósticos se hacían con una buena historia clínica y un examen físico y el resto se completaba con la ayuda de laboratorios, imágenes y estudios más especializados.
Referimientos por conveniencia económica
En ocasiones aparecen gastroenterólogos que les exigen a cirujanos generales una comisión de sus honorarios a cambio de una base de referimientos numerosa, de manera que el cirujano pueda obtener una gran cantidad de ingresos económicos. Ese médico no está refiriendo sus pacientes al cirujano que él considera de muy buena capacidad, bien entrenado y que va a salvaguardar la vida de sus pacientes. Él lo está refiriendo al cirujano que le garantiza un retorno económico. Lo mismo sucede en la relación entre cirujanos cardiovasculares y cardiólogos.
Decía el Dr René Favaloro, en la Argentina, Padre de la cirugía del Bypass aortocoronario, en su carta de despedida antes de suicidarse de un disparo al corazón. En negritas:
“¡Lo que tendría que narrar de las innumerables entrevistas con los sindicalistas de turno!
Manga de corruptos que viven a costa de los obreros y coimean fundamentalmente con el dinero de las obras sociales que corresponde a la atención médica.
Lo mismo ocurre con el Pami. Esto lo pueden certificar los médicos de mi país que para sobrevivir deben aceptar participar del sistema implementado a lo largo y ancho de todo el país.
Valga un solo ejemplo: el Pami tiene una vieja deuda con nosotros, (creo desde el año 94 o 95) de 1.900.000 pesos; la hubiéramos cobrado en 48 horas si hubiéramos aceptado los retornos que se nos pedían (como es lógico no a mí directamente).
Si hubiéramos aceptado las condiciones imperantes por la corrupción del sistema (que se ha ido incrementando en estos últimos años) deberíamos tener 100 camas más. No daríamos abasto para atender toda la demanda.
Los mismo ocurre con los pacientes privados (incluyendo los de la medicina prepaga) el médico que envía a estos pacientes por el famoso ana-ana , sabe, espera, recibir una jugosa participación del cirujano.
La corrupción ha alcanzado niveles que nunca pensé presenciar. Instituciones de prestigio como el Instituto Cardiovascular Buenos Aires, con excelentes profesionales médicos, envían empleados bien entrenados que visitan a los médicos cardiólogos en sus consultorios. Allí les explican en detalles los mecanismos del retorno y los porcentajes que recibirán no solamente por la cirugía, los métodos de diagnóstico no invasivo (Holter echo, camara y etc., etc.) los cateterismos, las angioplastias, etc. etc., están incluidos”
Deshumanización de la medicina: vergonzoso y vergonzante
Este tipo de deshumanización de la medicina, sin ningún apego a la ética por parte nuestra, y para mayor crudeza de engañar a nuestros pacientes, anteponiendo nuestros intereses económicos por encima de los intereses de ellos mismos, se ha extendido en todo nuestro país y ha sido para mí en todo el verdadero sentido de la palabra vergonzoso y vergonzante.
Cuando un paciente llega a nuestra oficina viene muy preocupado y al mismo tiempo desarmado: primero porque no sabe lo que tiene y segundo, se está entregando totalmente en nuestras manos porque quiere que le resolvamos su problema, tiene un desconocimiento total de lo que está sufriendo o de su enfermedad, quiere que lo sanemos y nosotros simplemente los engañamos.
Para finalizar, la mayoría de los dominicanos estamos de acuerdo de que nuestra sociedad está corrompida hasta los tuétanos y esto, aseverado por las cifras del Foro Económico Mundial de Davos Suiza, Entonces si es así, la clase médica vive en una burbuja aislada de su sociedad corrupta? Definitivamente, NO, es la respuesta.
En el país que siempre tomamos como referencia, los Estados Unidos de Norteamérica, se pueden hacer todas estas tropelías, pero si te atrapan te maltratan y te aplican la ley. Allá existen ciertas leyes como la ley de Stark en contra de los autoreferimientos, las leyes que protegen el Medicare y Medicaid y la ley anti-comisiones clandestinas (Anti kickback law), que si las violan tanto el corruptor como el corrompido, pierden la licencia, los multan y lo mandan hasta cinco años de cárcel. Aquí que yo sepa, no las hay.
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