Por Edelvis García Herrera
No existe en la historia de nuestra República un
partido que haya envilecido y corrompido más a la sociedad y a sus
instituciones, que el PLD.
En el gobierno de Leonel, por ejemplo se
potencializaron las mafias; el tráfico de influencia; el nepotismo; la
complicidad y el establecimiento de un Comité Ejecutivo donde todos sus
miembros se hicieron millonarios.
Leonel, al retornar al poder se apoderó de las
principales instituciones (Congreso, Junta Central, Suprema Corte de
Justicia…); y creó una poderosa red de comunicadores pagados con los dineros
del Estado, lo que ha sumido aún más al pueblo en una vergonzosa pobreza
material y espiritual.
Esas conductas le han quitado la oportunidad a las
mayorías de tener servicios de salud y
de educación eficientes; y aunque que muchos quieran decir que existe es un show mediático para enterrar políticamente a Leonel, quienes
así piensan demuestran que se son
beneficiarios de la corrupción, o irresponsables ciudadanos que no les importa
el país; porque pruebas contundentes las hay; mas recordamos el refrán que
reza: ´´no hay peor ciego que aquél que no quiere ver.´´
Sin Leonel el
país comenzará a destrujillizarse de
verdad, y se abrirá una esperanza para producir un cambio de rumbo. Pero
insistimos en un cambio de rumbo, porque
el presidente Medina, quien alcanzó la presidencia por el uso abusivo de
los recursos del Estado y por el apoyo recibido de la camarilla mafiosa enquistada en el Comité
Ejecutivo del PLD, no ha resuelto un solo problema; muy por el contrario, la crisis general se ha ido
profundizando; y esto se refleja en la pobreza extrema del grueso de la
población; aumento del costo de la vida, y deficiencias en
los servicios médicos.
Pena nos da ver cómo aún mueren tantos dominicanos por
enfermedades tan sencillas como el dengue o la chikungunya; pues no hay
prevención ni atención a los pobres.
Si observamos la capital dominicana desde arriba se
pensaría que estamos en un país rico; sin embargo, si usted baja a las entrañas
de las “ciudades”, sólo existe miseria,;
notará heces rodando; vertederos;
lugares atiborrados de puntos de drogas;
gente pidiendo para realizarse una operación; un pueblo con un
deficiente sistema educativo, y en donde el nivel cultural va de picada.
Súmele las intenciones de entregar el país a las
multinacionales, al tiempo que cientos
de depredadores se han ido reproduciendo en el cuerpo social de la nación.
Sigue el irresponsable endeudamiento externo y la
corrupción; y lejos de actuar con firmeza y responsabilidad, Danilo ha
preferido “no tirar piedras hacia atrás,
y antes que tocar a los desfalcadores prefirió tapar los déficit con abusivos
impuestos.
Los productores
nacionales quiebran; las exportaciones se caen y se pretende convertirnos en un
“paraíso” del turismo olvidando la
soberanía alimentaria.
En definitiva, un cambio de rumbo es posible si
unificamos al pueblo, tal como lo hizo
un gigante de generaciones llamado Manolo Tavárez Justo. No hay otra vía.
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