El Día de Acción de Gracias y la mezquindad del indio olvidado

Por Edelvis GH

 Cuando los peregrinos procedentes de Inglaterra, y que huían por sus ideas religiosas llegaron a Plymouth, que está en Massachussetts, al poco tiempo comenzaron a pasar hambre, frío, y como consecuencia de esto comenzaron a morir y a enfermarse. Fue entonces en ese momento crucial, en extremo difícil, cuando les llegó la salvación de los indígenas que les enseñaron a pescar, a cultivar el maíz, la calabaza, el haba; a cazar y a construir, lo que les permitió sobrevivir en esa fría zona. 

Eso ocurría en 1620, y pasado un año,  los peregrinos se juntaron para celebrar, adjuntos a los indios, el primer año de su llegada, y agradecer a “Dios”, que estaban
vivos y sueltos, recibidos doce meses antes afable   y amistosamente por los solidarios indígenas. Sí, ellos que  demostraron su hospitalidad, sin ser cristianos, judíos, católicos coptos, musulmanes chiitas, o sunitas, ni budistas. O sea, que ninguna de esas religiones les hacía falta, porque tenían la suya de respeto a la tierra, a la familia, al amigo, a la naturaleza, a la equidad y la justicia.
Pero ¿qué habría pasado con esos peregrinos de haber sido recibidos a flechazos, garrotazos y puñaladas por los indígenas? ¿Se acuerdan  de estos solidarios anfitriones? ¿Existen monumentos a esa raza, que luego sería maltratada, asesinada, despojada de sus tierras por el invasor europeo?
Creo que el día central debería ser de acción de gracias para los indígenas, y reivindicar a esta valiosa raza, el verdadero pueblo norteamericano.

Lógicamente que es un sueño: a los comerciantes sólo les interesa sus ventas; y es más: el gerente general de almacenes Macy`s, Fred Lazarus, solicitó en 1941 al presidente Roosvelt que se celebrara el cuarto jueves de noviembre de cada año, y no el último, para que no le chocara con el Viernes Prieto (Black Friday), y así tener mejores resultados en sus ventas.

Fijémonos  pues que esa costumbre toma un matiz comercial y se olvida de lo humano. del  famoso “Thanksgivingday” o Día de Acción de Gracias.  Pero si esto es malo, peor es la  facilidad con que en nuestro país se adoptan   las tradiciones  gringas, sin que esto altere a los patrioteros, lo que no ocurre cuando se intenta asimilar las tradiciones haitianas, más parecidos a nosotros que los anglosajones, por más que se intente negar o parecerse a éstos últimos.

Es que el fondo en el fondo hay una identificación con el que nos explota, y una repugnancia hacia el oprimido, que en el caso de los haitianos lo único que han producido son riquezas en este país, mas no se les quiere reconocer.