El derretimiento de los casquetes polares de
Groenlandia y la Antártida, además de aumentar el nivel de los océanos, podría
multiplicar los eventos meteorológicos extremos y desestabilizar el clima en
algunas regiones en las próximas décadas, según un estudio publicado en Nature.
Los miles de millones de toneladas de agua
procedentes del deshielo, en particular de Groenlandia, podrían debilitar las
corrientes oceánicas que actualmente transportan el agua fría hacia el sur
sumergiéndola hacia el fondo del Atlántico y empujando las aguas tropicales
hacia el norte, más cerca de la superficie.
Conocido bajo el acrónimo en inglés AMOC (circulación
meridiana de retorno del Atlántico), este mecanismo oceánico desempeña un papel
crucial en el sistema climático y ayuda a mantener un cierto calor en el
hemisferio norte.
“Según nuestros modelos, el hielo derretido provocará
perturbaciones importantes en las corrientes oceánicas y cambiará los niveles
de calentamiento de la Tierra”, explica el autor principal, Nicholas Golledge,
del Centro de Investigación Antártica de la Universidad Victoria de Wellington,
en Nueva Zelanda, en el estudio publicado el miércoles.
Muchos estudios previos se han concentrado en el
ritmo de deshielo de los casquetes polares bajo el efecto del cambio climático
así como sobre su “punto de inflexión”, es decir, a partir de qué aumento de
temperatura su desaparición será inevitable.
Pero menos sobre la manera en que sus aguas podrían
afectar el clima en si mismo.
“Los cambios que vemos a gran escala en nuestras
simulaciones son propicios a un clima más caótico, con más eventos climáticos
extremos, canículas más frecuentes e intensas”, indica a la AFP Natalya Gomez,
de la Universidad McGill, de Canadá.
– ¿+15 cm en 2100
? –
Según los investigadores, a mediados de siglo, “el
agua del deshielo de los casquetes de Groenlandia perturbará sensiblemente el
AMOC”, que ya muestra signos de ralentización.
Es un “lapso mucho más corto de lo previsto”, comentó
Helene Seroussi, del Instituto de Tecnología de California, que no participó en
el estudio.
Entre las consecuencias probables de este
debilitamiento, está el aumento de la temperatura del aire en el Ártico Alto,
el este de Canadá y América Central, así como su descenso en Europa Occidental.
Los casquetes de la Antártida y Groenlandia, que
pueden alcanzar los 3 km de espesor, contienen más de dos tercios de agua dulce
del planeta, suficientes para provocar un alza de los océanos respectivamente
de 58 y 7 metros, si se fundieran completamente.
En otro estudio publicado el miércoles en Nature,
algunos de estos mismos científicos desvelan las nuevas proyecciones sobre la
contribución del deshielo de la Antártida al aumento del nivel del mar en 2100,
un asunto muy debatido en la comunidad científica.
Un controvertido informe de 2016 sugería que los
acantilados de hielo del continente podrían desmoronarse y provocar un alza de
un metro de los océanos a fines de siglo, forzando el desplazamiento de decenas
de millones de personas en el mundo.
“Hemos reexaminado los datos y concluido que no es el
caso”, indicó la autora principal, Tamsin Edwards, del King’s College de
Londres.
Según ella, los dos nuevos estudios prevén que la Antártida
contribuirá “más probablemente” a un aumento de 15 cm hasta 2100, con un máximo
de unos 40 cm.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio
Climático de la ONU publicará en septiembre un informe muy esperado sobre el
alza del nivel de los océanos. AFP
0 comentarios:
Publicar un comentario